Este domingo, 24 de noviembre de 2024, la pasión y el fervor de los hinchas de Liga de Portoviejo se desbordaron en las calles de la ciudad, como una marea verde y blanca que se adueñó del ambiente.

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Desde tempranas horas, las filas se extendieron a las afueras del coloso de la Avenida Universitaria, el estadio Reales Tamarindos, donde miles de almas esperaban ansiosas para ver a su equipo manabita enfrentar a Deportivo Quito en la vuelta de los cuartos de final del Ascenso Nacional.

Unas dos horas antes del pitazo inicial, la emoción era palpable. La hinchada, fiel y comprometida, no escatimó esfuerzos para asegurar su lugar en la historia.

Un total de 18.000 boletos salieron a la venta, informó Mónica Zamora, presidenta del club manabita, quien incentivó a la afición a acudir desde tempranas horas para hacer sentir la localía.

Una fiesta total

El estadio, que se erige como un verdadero templo para los fanáticos, ya vibraba con los cánticos y el entusiasmo de los presentes. Las camisetas verdes y blancas se veían por doquier, como una demostración de la fuerza inquebrantable de un pueblo que, sin importar las distancias o el tiempo, siempre estará al lado de su equipo.

La ida había sido emotiva con un valioso triunfo por 0-1 ante los chullas quiteños, pero este domingo el pueblo manabita se apostó al estadio con la ilusión de sellar la clasificación y de quedar a dos partidos de ascender a la Serie B.

El partido se inicia a las 15h00 y es dirigido por el árbitro FIFA Augusto Aragón, lo que le da mayor vistosidad a un duelo que incluso es transmitido por la cadena Zapping Sports.

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