La doble medallista de oro en los Juegos Paralímpicos, Kiara Rodríguez, tuvo su caravana de oro, que salió junto a sus seres queridos y parte de la dirigencia de Fedeguayas y del Ministerio del Deporte. Era la primera vez que Guayaquil recibía dos medallas de oro.

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Era un ambiente de fiesta: globos y las banderas de Ecuador y Guayaquil adornaban el carro de dos pisos. La parte emotiva fue que la acompañaron los deportistas paralímpicos del Guayas, esos que quieren ser como ella, como el caso de Jorgito Quiñónez, el campeón nacional de atletismo de los 100 metros planos del deporte adaptado.

“Yo quiero una de esas medallas de oro, se ven que son grandotas, quiero una y lo voy a buscar”, dijo el deportista.

Con sus medallas de oro, logradas en París 2024, Kiara desfiló por Guayaquil, en el sector de la calle 10 de Agosto y Seis de Marzo en el Mercado Central. Un grupo de personas le lanzaba besos y saludaba a todos los que le hacían de la mano.

“Gracias, solo gracias por tanto cariño”, decía mientras se reía la medallista. El trayecto se hizo largo por los saludos.

El pito de los carros, los gritos de la gente y las fotos de los celulares desde la gente que estaba en la calle, todos querían tener un recuerdo de la chica de 21 años, que ahora entrenará en los 200 metros para tener una nueva medalla en Los Ángeles 2028.

La caravana que salió de su casa terminó en el lugar donde construyó las medallas, la pista de atletismo del estadio Modelo. Sus familiares estaban presentes, los compañeros de entrenamiento y su entrenador, el cubano José Bernardo Valdés.

Kiara hizo una confesión que dejó a todos helados: dos días antes de la competencia de salto largo, tenía un dolor de espalda grande que no la dejaba hacer nada, pero se quedó callada porque “ir de tan lejos para competir y no hacerlo no es bueno”. Se lo contó a su madre y pidieron a Dios que les diera la mano. 

La historia final ya la saben: ganó la medalla en salto largo.

Mientras tanto, su entrenador José Bernardo Valdés mostró el tatuaje que se hizo en su brazo antes de irse; se había tatuado una medalla en su brazo derecho, estaba tan seguro de que la ganarían en París.

Roberto Ibáñez, presidente de Fedeguayas, dijo que el sitio donde entrena Kiara, en el estadio Modelo, llevará el nombre de la atleta. Además que ayudará a mejorar la calidad de vida del hombre que descubrió y ayudó a la medallista, su entrenador.

La parte emotiva fue cuando Narcisa España habló de Kiara; la medallista no pudo soportar más y se puso a llorar. Un abrazo gigante cerró el acto.

Kiara le volvía a dar las gracias a su madre, dijo que ella había sido en gran parte su padre y madre, y que le había ayudado en todo.

El gobernador del Guayas, Vicente Antonio Auad, hizo una condecoración a Kiara y a su entrenador Valdés, y habló de lo que todos esperan con ansiedad: dijo que el presidente del Ecuador, Daniel Noboa, iba a reunirse en los próximos días con la deportista. Esa reunión es la clave.

Se estima que se le dará una casa a la deportista, como se hizo con los medallistas olímpicos, y el premio de $150.000 por medalla de oro que se le dio. La interrogante que se tiene es si esos $150.000 serán por medalla o $300.000 por las dos medallas de oro que Kiara ganó.

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