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Jugadores arman fiestas 'tapiñadas' en Guayaquil
La pachangas las realizan en diferentes casas de las ciudadelas privadas de la Vía a la Costa
Amigas a las que no podían ver las esposas, alcohol, piscinazo y ‘jama’. Todo eso tenían las fiestas ‘tapiñadas’ que organizaban en Guayaquil algunos futbolistas, contaron a EXTRA dos señoritas que estuvieron en esas ‘pachangas’, a quienes identificaremos como Adriana y Karla para proteger sus identidades.
Las ‘parties’ entre los deportistas no solo ocurren en Ecuador. El pasado 6 de marzo, la influencer española Tatiana Kisiel contó que asistió a una fiesta de futbolistas que eran famosos en Barcelona, a la cual le prohibieron ingresar con su celular y además tuvo que defender a una chica. “Vi a un futbolista gritándole a una chica de camino al baño, así que yo la defendí”.
Y en nuestro país no se alejan de esta situación.
Un extraño se le acercó
El modus operandi de los futbolistas para conquistar es sigiloso, ya que no quieren exponerse. Es por ello que suelen mandar recaditos con personas de su confianza, según Adriana, quien reveló que de esa manera le llegó la invitación de un jugador que pasó por uno de los equipos del astillero. Ocurrió en 2015.
“Estaba con una amiga en un centro comercial, luego se me acercó una persona y me dijo que ese jugador quería mi número. Yo se lo di. No pasaron ni cinco minutos y me escribió para invitarme a comer a la casa de un amigo”, dijo.
En dicho domicilio, ubicado en una ciudadela privada en la vía a la Costa, pudo percatarse de que los deportistas estaban con chicas que no eran sus parejas, pero estaban de besos y abrazos.
“Hacían las fiestas en casas diferentes e invitaban a chicas de la farándula y otras que no eran conocidas. Siempre nos prohibían usar el celular, nos metían a la piscina así no quisiéramos y compraban cerveza light y whisky. Todo se lo conseguían sus trabajadores. Cuando los jugadores llegaban a la fiesta, ya todo estaba organizado”, relató.
A un extranjero que fue goleador en un club guayaco, la esposa casi lo ‘pesca en roja’.
“Un día el guardia llegó a decir que una mujer quería entrar porque el esposo estaba en la casa. Todos salimos a escondidas. Luego el jugador, que era mi amigo, me contó que la esposa se dio cuenta de que tenía una amante y por eso lo estaba siguiendo”.
Pese a ello, este goleador se las ingenió para seguir farreando. “Se compró un auto que solo lo manejaba su trabajador. Cuando él iba a las fiestas, dejaba su carro parqueado en algún lugar y su trabajador lo pasaba recogiendo. Eso hizo todo el año y su esposa ni se enteró. Cuando se regresó a su país, le dejó regalando el carro a su trabajador”.
Era agresivo
Karla contó que ella estuvo en pachangas con jugadores entre 2015 y 2018, tras la invitación de una amiga que era modelo, y pudo tener un amorío con un atacante guayaco que farreaba en una finca en la vía a la costa, antes de llegar al peaje que está en el kilómetro 24.
“Los jugadores son unos mentirosos. No les importa ocultar a su esposa e hijos con tal de conquistar chicas. Yo pude tener una relación con uno de ellos que tomaba todos los días, pero cuando jugaba hacía goles. Igual, me arrepiento de haber sido su pareja, porque pasé por malas situaciones”, reveló.
En las fiestas solo les importaba divertirse con mujeres, sin importa que ya habían asistido con alguna invitada.
“Era descarado. Ya después de varias fiestas empezó a mostrar su verdadero ser. Delante mío se ponía a conquistar a otras. Y cuando yo le decía algo, solo me respondía que no me quejara porque para todas había, que él podía con todas”.
Karla estuvo con un jugador que la ayudó económicamente, pero también era agresivo. “Cada vez que se emborrachaba se volvía loco, incluso una vez me llegó a levantar la mano en una fiesta. Obviamente, después de aquello me separé de él. Me siguió buscando, pero luego se fue al extranjero. Esta es una situación que no solo yo viví, hubo varias chicas que estuvieron en mi posición y pude verlo”, finalizó.