Como una experiencia inolvidable califica Lisenia Romo lo vivido tras el triunfo de su esposo, Jonathan Caicedo, en la tercera etapa del Giro de Italia, una de las grandes vueltas del ciclismo mundial.

El local del Team JC en la localidad de Santa Martha de Cuba (Carchi) fue el punto de encuentro de los familiares, amigos y alumnos de la escuela del ciclista tricolor, donde en medio de gritos de “Dale, dale que tú puedes” y lágrimas, vieron cruzar al tricolor la meta como ganador.

“Verlo llegar a la meta y alzar los brazos nos hizo llorar de la emoción. Se van las lágrimas al ver que poco a poco cumple sus sueños”, afirmó Romo.

Contó que el domingo 4 de octubre conversó con Caicedo, quien le dijo “que iba a buscar uno de estos días conseguir una etapa y nos dio tremenda sorpresa”.

Lisenia destacó que esta conquista es una muestra de la gran preparación que tuvo el Cubanito previo a su viaje a Europa para participar en varias pruebas y en el Giro como su objetivo principal.

“Tirreno Adriatico fue en la que más se pudo destacar y agarrar forma para el Giro. En el equipo fueron sin un líder definitivo y lo que me había comentado es que en los primeros días lo definirían. Ahora le indicaron que trabajarán y lucharán por conseguir más etapas y el liderato con Jonathan”.

Sobre cómo vivió el tricolor tras entrar en la historia de Corsa Rosa señaló que “me confesó que no podía dormir de la emoción. Que era una felicidad indescriptible”.

También dio a conocer que Caicedo le indicó que en el equipo la alimentación es a base de ensaladas por lo que “extraña las sopitas, las cremas con las que le esperaba cuando terminaba de entrenar”.

Romo envió un mensaje de agradecimiento a la afición nacional por el gran respaldo al Cubanito, lo que llena de felicidad y orgullo a su familia.

“Pedirles que sigan apoyándonos, con muchos ánimos a Jonathan para que nos brinde más alegrías en lo que resta de la carrera”, enfatizó Lisenia, quien junto al equipo de trabajo de Caicedo analiza la posibilidad de viajar a Italia con su hija Doménica para acompañar a su esposo en la parte final de la Corsa Rosa.