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De El Hueco saltó a la Superliga
La jugadora manabita era pelotera de indor en un barrio de Manta, pero con esfuerzo logró ‘volar alto’ y hoy es una profesional del fútbol.
Se hizo ‘pelotera’ en El Hueco, un sector del barrio 15 de Abril en Manta. Allí se crió Kerly Karina Cabrera Lázaro y sus ratos libres los disfrutaba jugando indor callejero con sus amiguitos.
Creció con la pelota en sus pies. A los 7 años ya era la más famosa del sector. Y sus amigos la invitaron a la escuela municipal de fútbol, donde jugaba con niños mayores que ella. Después pasó al club de fútbol femenino Águilas Spric, donde se hizo grande y llegó a formar parte del Delfín, con el que debutó en la Superliga del 2019.
GANABA EN INDOR
Antes de convertirse en futbolista profesional, Kerly Cabrera se ganaba unas monedas jugando indor.
Por su habilidad y buen manejo de la pelota chica, los vecinos la llevaban a torneos barriales y le pagaban 5 dólares por partido. “En la semana jugaba tres veces y con esos 15 dólares ayudaba con las necesidades de la casa”, dijo la jugadora del Club Siete de Febrero de Babahoyo, que mañana cierra la fase de grupos ante Emelec, por la Superliga Femenina 2020.
Kerly relata que su vida de niña fue dura. A veces no tenía para el pasaje. Y le tocaba caminar para llegar a los entrenamientos. “Gracias al apoyo de mi cuñado Jhonny Mera, logré salir adelante en el fútbol, porque mi ilusión era llegar a ser profesional y lo he conseguido”, añadió la joven que se desenvuelve como volante por derecha.
AYUDA EN CASA
Su padre Clemente Daniel se gana la vida como empleado municipal. Su madre Basilia Estela aportaba cuando laboraba en una empresa, pero la pandemia la dejó sin ‘camello’ y ahora le toca a Kerly ‘meter ficha’ con lo que recibe jugando fútbol en el Club Siete de Febrero, hasta donde llegó por recomendación de su ‘ñaña’ Vianca Posligua.