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Santiago y Arella Jácome comparten la pasión por el fútbol y por Liga de Quito.GUSTAVO GUAMAN / EXTRA

El fútbol es la pasión de los Jácome

Arella sigue los pasos de su padre Santiago en Liga de Quito. Los dos han defendido con orgullo a la Tricolor y disfrutan el estar en una cancha.

En su actividad como futbolista profesional primero y ahora como gerente deportivo de Liga de Quito, Santiago Jácome tiene en su hija Arella a su compañera inseparable. Esto hizo que la pequeña se apasione por el balompié lo que la llevó en poco tiempo a ser pieza clave del equipo femenino de los albos, defendió a la selección nacional en torneos sudamericanos, y ya tuvo su primera convocatoria a la Tricolor absoluta.

Arella es mi primera hija, creció en un entorno de fútbol. Me percaté cuando ella me acompañaba a los entrenamientos, al estadio, que le gustaba este deporte. Después de las prácticas nos quedábamos jugando. Un día en la casa, en un almuerzo, le pregunté qué hace en los recreos y me sorprendí cuando me dijo que espera que suene la campana para correr a ganar la cancha”, cuenta Santiago, quien como integrante de la defensa de los universitarios obtuvo cinco títulos nacionales.

Agrega que al ver el talento de su pequeña, que en ese momento tenía cinco años, la inscribió en una escuela de fútbol donde era la única niña.

“Había torneos en los que le permitían competir contra niños. Después el fútbol femenino fue creciendo y llegó a Liga”, narra con orgullo Jácome, y confiesa que su objetivo no era que Arella siga sus pasos sino que toda la familia practique deporte, pero dadas las circunstancias “para mí mejor que sea fútbol, donde le puedo apoyar con mi experiencia”.

El exfutbolista guarda como principal recuerdo cuando Arella debutó en la Superliga femenina, el año pasado y relata que “verle disfrutar, que se desenvolvía en la cancha, que tenía condiciones, cerca de cumplir 14 años, fue algo inolvidable”.

Acota que “lo más importante es que cuando marca un gol, veo en su cara la alegría que tiene y eso me confirma que esto es lo que le gusta, que le apasiona”.

Santiago también resalta que su hija, a los 16 años que tiene, “me ha superado jugando sudamericanos, con una convocatoria a la selección absoluta. Fue la goleadora del equipo el año anterior”.

SIGUE EL LEGADO

Arella sonríe cuando escucha estas palabras de su padre y califica como un sueño su rápido ascenso en el fútbol.

“Mi carrera en el fútbol ha sido llena de emociones. Desde la cuna he estado en el ambiente del fútbol. Salté a la cancha con mi papá cuando solo tenía un mes. Mi mamá (Groanette Agnalt) también fue futbolista. Somos una familia a la que le encanta el fútbol”.

A diferencia de su padre, quien se destacó como zaguero, la joven se desenvuelve como delantera. También ha tenido la oportunidad de actuar como volante y extremo.

“Siempre me ha gustado meter goles, estar en el área”, detalla Arella, a quien le brillan los ojos cuando habla de fútbol, deporte que empezó como un hobby en su vida y ahora es su gran pasión.

“En la cancha disfruto al máximo de cada jugada, de cada pase o gol que puedo marcar”, enfatiza y recuerda cuando tuvo la oportunidad de compartir con entrenadores que pasaron por el conjunto universitario como Luis Zubeldía o Álex Aguinaga.

“Le acompañaba a los entrenamientos a mi papá y ellos conversaban conmigo. Álex Aguinaga me enseñó a cobrar tiros libres, otros entrenadores sobre técnica, fue un gran privilegio que pude vivir”, afirma.

Añade que otra ventaja es tener a su padre como consejero, ya que “fue campeón, vivió el estar en la selección. Me da consejos cuando lo necesito, me dice que siempre disfrute en la cancha, al igual que todos en mi familia que me apoya incondicionalmente”.

SACA PECHO POR SU APELLIDO

Padre e hija han formado parte de la selección ecuatoriana.GUSTAVO GUAMAN / EXTRA

Con firmeza, Arella manifiesta que llevar el apellido Jácome le llena de orgullo “y es un reto seguir dejándolo en alto después de lo hecho por mi papá”.

Santiago acota que para Arella “no es fácil cuando hay un apellido de por medio, se puede pensar que tiene preferencias. Eso desde el primer día lo hablamos con la entrenadora, lo único que le pedí es que permita que Arella se gane todo por sus propios medios, que la trate igual que al resto”.

Por sus ocupaciones con el equipo principal masculino, Jácome hay momentos en los que no puede acompañar a su hija. En esas circunstancias “estoy con el corazón dividido. Mi esposa es la que me cubre y me pasa el minuto a minuto. Toda esa experiencia la estoy disfrutando con sensaciones muy lindas. Sufro más que cuando yo jugaba”.

Sobre la gran proyección de Arella, su padre prefiere ir con calma y que cumpla ciclos, mientras que la futbolista tiene como meta a corto plazo “ser campeona de la Superliga femenina y formar parte de la selección en el Sudamericano sub-17 del próximo año”, y a futuro “llegar a uno de los grandes equipos de Europa que juegan en la Champions”.