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Fútbol barrial: Llanto y alegría en El Hueco
Decenas de niños compitieron en las finales de la Super Cup en las canchas ubicadas junto al complejo de Liga de Quito
Justo en el predio de Liga de Quito, en La Pampa, al noroccidente de Quito, sorprende mirar hacia abajo y encontrar un amplio complejo de canchas asentado en lo que hace quince años era un bosque pantanoso.
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El Hueco, como se conoce a este espacio, recibió a cientos de niños para la jornada final de la Super Cup, un torneo de escuelas de fútbol que se desarrolla a nivel nacional bajo la marca Castro Loaiza.
Para las finales, el sábado 25 de mayo, se habilitaron doce canchas, aprovechando el amplio espacio y dando agilidad en un torneo en el que se disputaron 12 categorías masculinas, desde la sub-7 hasta la sub-18, y tres femeninas: sub-14, 16 y 18. Por cada una, además, se jugaron tres finales: nivel oro, plata y bronce.
Por eso, el movimiento fue impresionante, con niños y padres de familia llegando y saliendo del lugar constantemente y con partidos simultáneos, prácticamente sin pausa entre uno y otro. Una fiesta de fútbol total, en donde los niños dejaron todo en las canchas, mientras que, desde los bordes, los padres vivieron duelos aparte animando a sus hijos.
EMOCIÓN Y BUEN JUEGO
Una de las finales más emocionantes fue la de la sub-9 nivel oro, en donde se midieron Independiente JFA, escuela oficial del cuadro rayado con sede en Tumbaco, y Canteranos, la academia de Jairo Campos, exjugador de Liga de Quito, campeón histórico de la Copa Libertadores 2008.
Y fue justamente el equipo de Campos quien se impuso, pero en un duelo que le resultó complicado y atrajo la atención en la segunda parte, pues IDV puso todo su talento para descontar y, de hecho, estuvo muy cerca del empate, destacándose en la cancha los gemelos Daniel y Joaquín Proaño, y el pequeño Jeremy Pinagorte, quienes se mostraron muy hábiles y no dejaron de luchar hasta el final.
Pero la desesperación les jugó una mala pasada y finalmente Canteranos aprovechó un descuido defensivo para poner el 4-2 definitivo.
Mientras Campos festejaba con sus pequeños campeones, fue conmovedor mirar la tristeza de los rivales. Los pelados de IDV terminaron llorando, aunque secaron sus lágrimas al momento de la premiación, cuando recibieron sus medallas y posaron para las cámaras, entre ellas, la de EXTRA.
Por su parte, el exjugador de la U acompañó el acto de premiación destacando a sus jugadores y felicitando también al entrenador Darwin Quinatoa, uno de los diez ‘profes’ de su academia, la cual lleva ya siete años y cuenta con dos sucursales en el norte de Quito.
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