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Flamengo, campeón de la Copa Libertadores en el estadio Monumental.FREDDY RODRIGUEZ

Flamengo: ¡Chupiza por GabiEquator!

Los brasileños siguen fiel a la cerveza... ahora con mayor razón por ser campeón de la Copa Libertadores.

No era el estadio Monumental. El 29 de octubre del 2022, en 90 minutos, el Coloso del Salado se había convertido en el Maracaná, porque los fans del Flamengo lo bautizaron ya como su nueva casa y hasta le quieren poner de nombre ‘Flamental’. Y tienen un gran motivo: en este escenario lograron su tercera Copa Libertadores al ganar 1-0 al Athletico Paranaense.

Todo era rojo y negro, rojo en honor a los colores del nuevo campeón de América. Desde el puesto número 68 que la Conmebol nos asignó, detrás del arco que da a la General Carlos Muñoz, el ruido de la barra de Flamengo era ensordecedor, como si toda la cerveza que habían tomado en Guayaquil no les hizo nada.

El “dale... dale Barcelona” del Monumental ahora era... “Ooo... ooo Flamengo”. La gloria deportiva era del equipo de Río de Janeiro, que había inundado con sus hinchas la Perla del Pacífico, estaban disfrutando de su gloria deportiva en una tarde de octubre, con el 70 % de la capacidad del estadio de Barcelona.

El festejo de Flamengo ante su hinchada fue grande. Había lágrimas, gritos y no sabían cómo salir del estadio para seguir celebrando con cervezas, mientras los de Paranaense, desde la General Norte, se iban gastados y con las manos vacías de Guayaquil.

Flamengo se daba una celebración enorme en el Monumental, se llevaba a la más deseada, la Copa Libertadores, el torneo que trajo tantas expectativas, mucha bulla y también algunas críticas a la ciudad. La hinchada del Mengao nunca olvidará las gradas sur del Monumental.

UNA FIESTA

El español se convirtió en portugués, incluidos los insultos. Los brasileños hicieron la celebración total en Guayaquil, fueron los únicos capaces de cambiar el color amarillo a rojo del Monumental.

Todo era Brasil, porque antes del partido los exjugadores Paulo Miranda, del Paranaense, y Júnior Baiano, del Flamengo, sacaron el trofeo a la cancha.

Con unas cuantas ‘garotas’ en las gradas, a ratos parecía que este era el sambódromo de Río de Janeiro.

La hinchada de Flamengo se tomó el estadio Monumental.Miguel Canales Leon

El césped temblaba igual que los nervios de los brasileños. Los hinchas ecuatorianos se olvidaron de ver el partido, estaban más pendientes de ver cómo bailaban las garotas. Un show que al muchos los dejó babeando. En especial el bailecito de Gabriela, la que estaba en la General Muñoz, quien dio un número falso de teléfono ante el acoso de los ecuatorianos que se graduaron de babosos.

Ya en la parte futbolística, el juego fue casi todo del Mengao. Aunque el primero que sorprendió fue el Paranaense. El miedo entró en la zaga de Flamengo a los 9 minutos, los fanáticos que llegaron medio ebrios se despertaron cuando con las justas Luis Felipe sacó una pelota. Y cuando se jugaban los últimos minutos del primer tiempo, los de Flamengo se pegaron la desinflada del partido, la pelota no entraba.

El show de GABIGOL

Gabigol, Gabriel Barbosa o desde ahora GabiEquator, es un show, antes, en el partido y después.

Cuando salió a calentar, con su mano derecha hacía puño y la levantaba; tiene una conexión espectacular con la hinchada. Mientras entraba en calor les señalaba con el dedo ‘en voz baja’, tratando de que las cámaras no lo enfoquen.

Su gol y el festejo fue otro show. Lo festejó así: levantó las manos, se abrazó con sus compañeros, lo gritó... y al final se quedó solo en la zona donde estaban hinchas de Paranaense.

Luego caminó hasta donde estaban sus compañeros del banco de suplentes para darles la mano, uno de ellos le lanzó una patadita de confianza y luego chocó la yema de los dedos a su entrenador.

Luego, desde media cancha señaló a la General Carlos Muñoz y enseguida brincó, volvió a alzar las manos y a señalar con el dedo. Había cumplido con su profecía, era el gol que había anunciado una hora antes.

Ese gol le daba la Copa Libertadores... Gabigol como en el 2019 volvía a ser campeón de América.

Un chileno no querido

Ojo, era la final y los entrenadores Luis Felipe Scolari, el campeón del Mundo en el 2022 que dirige Paranaense; y Dorival Junior, de Flamengo, no compraron terno para la fecha especial ni se mandaron a confeccionar un megatraje.

Scolari vestía de negro y usaba la credencial por si alguien no sabía quién era; y Dorival llevaba puesta una camiseta amarilla, pero la credencial la había dejado en el camerino. Los dos vestían calentador negro. Estaban de lo más tranquilos, como que sabían que la historia ya estaba escrita y no había que hacer un show.

Y para cerrar la fiesta en Ecuador, el ingreso del chileno Arturo Vidal, fue acompañado en cancha al grito de “¡No vas al Mundial!” de parte de la afición ecuatoriana. ¡Qué más fiesta queríamos!

Desde el puesto 68, detrás del arco de la localidad General Carlos Muñoz, la gran final en el Monumental de Guayaquil se vivió con gran intensidad. Fue una fiesta en las gradas.