Estamos a pocos días para disfrutar la fiesta del Mundial y EXTRA quiere compartir con ustedes la experiencia de haber llegado a Catar, la mágica y enigmática sede de la mayor cita del fútbol del planeta.

Esta semana te mostraremos cómo es la vida en este estado árabe, ubicado en el Medio Oriente, cuáles son los estadios donde jugará nuestra Tricolor, sus mercados, sitios turísticos, gastronomía y más cosas que esconde el considerado país más rico del mundo.

La distancia entre Ecuador y Catar es de más de 14 mil kilómetros y el vuelo dura unas 25 horas. Pesadísimo ese viaje. Desde Guayaquil o Quito no hay vuelo directo.

Existen dos rutas para ir a alentar a la selección a Catar: desde Estados Unidos, cuyos pasajes pueden llegar a costar hasta unos 2.400 dólares o desde Europa (España, Turquía o Países Bajos), donde los boletos están en $ 3.000. Todo dependerá también de la temporada en que los adquiera. En noviembre estarán por las nubes.

BIEN PINCHADO

Para ir a Catar no se necesita visa, los ecuatorianos tenemos entrada libre, pero hasta el cierre de esta edición era obligación presentar un permiso, tipo visa de salud, llamado Ehteraz, que no tiene costo, pero es un requisito obligatorio.

Para obtenerlo es necesario descargar la aplicación, luego ingresar los datos de todas las vacunas y dosis de refuerzo aplicadas, como máximo, seis meses antes.

El Ehteraz se activa al llegar a Doha, la capital de Catar. La aplicación sirve como llave para entrar a todos los comercios, centros comerciales, sitios turísticos, entre otros, aunque en muchos ya no piden mostrar el código.

EL VIAJE

EXTRA escogió la ruta desde Nueva York. Es la más barata, antes del Mundial el ahorro puede ser de hasta $ 1.000. Antes de emprender el viaje hay que realizarse una prueba PCR.

Desde la ‘Yoni’ el vuelo dura unas 14 horas (de manera directa). Pero si es con escala en Europa, el viajecito aumenta de 18 a 40 horas. Y también puedes darte una vueltita por Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, es decir, de ida o vuelta puedes conseguir subirte en el avión A380, el de dos pisos y disfrutar de la ciudad más visitada del mundo. Ojo, debes de sacar una visa, donde los requisitos solo son tener el boleto y una noche de hotel, y pagar $ 97.

MODERNIDAD

Dejemos a Dubái para otro día. Luego del largo viaje y cruzar el mundo, llegamos a Doha. El cambio es brutal. Pisas al que es considerado el mejor aeropuerto del mundo, el Internacional Hamad, y nos encontramos con una estructura gigante. ¡Impresionante!

Es para volverse ‘loco’ porque, comparado con el aeropuerto de Dubái, capital de Emiratos Árabes Unidos, y que está a solo 55 minutos en avión de Doha y a 6 horas y media en carro, el de Doha lo supera. Es el centro de operaciones más importante de Oriente Medio.

Los cubículos de migración cuentan de un lado un robot y al otro a un policía que ni te pregunta a qué llegas, solo te pone un sello con número y un código de barras y puedes seguir tu camino.

Que no te pidan visa para entrar a Catar hace que todo sea más fácil.

LA CIUDAD GRANDE

Doha tiene más de 2 millones de habitantes, la mayoría son extranjeros que llegan a trabajar. Por eso te equivocas si piensas que al llegar encontrarás las calles repletas de cataríes. De los aproximadamente tres millones de personas que están repartidas en todo el país, solo el 20% son cataríes, el 80 restante es la fuerza laboral de esta nación, que en su mayoría son de Nepal, Turquía, Bangladesh, Irán y otros países vecinos. Encontrar cataríes en Catar es una suerte. ¡Créanlo!

EL BMW DE LUJO

Cuando no hay Mundial, el hospedaje es recontra barato. Por ejemplo, en un hotel 4 estrellas, la habitación está a 50 dólares la noche, ¡de locos!

¡Ah!, olvidaba este detalle, en el aeropuerto nos ofrecieron un taxi para desplazarnos al hotel y el carrito era, pobre y humildemente, un BMW. ¡Pícate, ñaño! Por momentos nos sentíamos como los jeques del periodismo deportivo.

El ambiente en la noche fue raro, porque al salir del hotel solo encontramos las calles vacías, nada de atmósfera futbolera, poco movimiento, solo un letrero que recordaba que estábamos en la sede de la Copa del Mundo. Todo quieto hasta ese momento.

AMANECE

Al día siguiente nos tocó recorrer Doha. Lo chévere de esta ciudad es que siete de los ocho estadios donde se jugarán los partidos se los puede recorrer a pie. Es como si Guayaquil o Quito fueran la sede de todo el Mundial y se lo viviera en un solo lugar.

Durante nuestro recorrido por los estadios el sol nos castiga, parece que estuviéramos en un sauna. La temperatura es tan fuerte que nos obliga a tomar un taxi para desplazarnos y seguir conociendo esta maravillosa ciudad.

Esta semana no solo vamos a conocer sobre las costumbres de Catar, también sobre su modernidad, las rarezas de su gente y todo lo que gire al rededor del balón.

Y EXTRA PRESENTE

El famoso Souq Waqif es el único mercado de Catar donde encuentras de todo.

En las noches hay harto movimiento.

Para ‘vacilar’ a la gente y que sepan que EXTRA y Expreso, medios de la casa editorial Gráficos Nacionales S.A. ya se instalaron en Catar para la fiesta futbolera, llevamos algunos ejemplares para mostrárselos. Muchos se acercaron por la novelería de conocer más sobre nosotros y en árabe ensayaban un español pausado: “EX-TRA”, “EX-PRE-SO”.

Hemos llegado a Catar y esta semana no solo vamos a conocer sobre sus costumbres, también sobre su modernidad, las rarezas de su gente y todo lo que gire alrededor del balón.

Lo primero que visitaremos serán los dos estadios donde la Tri jugará sus dos partidos, el Bayt, en Al Khor; y el estadio internacional Khalifa, sede de la selección de Catar. El primero solo fue hecho para el Mundial y en esa tienda beduina, el 20 de noviembre, Ecuador debutará ante el dueño de la fiesta.

Una locura, solo el 20 % de la población es de ese país, es decir cataríes, el resto son migrantes que llegaron a trabajar.