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El exdefensa Raúl Noriega celebra el gol que le marcó a Emelec en un empate 1-1 del 2007.Archivo

Raúl Noriega: “En 2007 un técnico me pidió que me retire, pero no acepté”

En entrevista con EXTRA el exdefensa de Barcelona recordó cuando la hinchada de Boca Juniors coreó su nombre en La Bombonera, en Buenos Aires

El exdefensa de Barcelona Raúl Noriega, en entrevista con EXTRA, recordó que en 2007 el entrenador Luis Cubilla le ofreció retirarse del balompié profesional para que integre el cuerpo técnico del uruguayo, oferta que no aceptó y por la cual fue relegado a la suplencia.

El Pavo, como lo conocen, aseguró que después de tres meses, Cubilla lo volvió a llamar y lo puso a entrenar como si fuera un amateur para que regrese al rol titular, puesto que se acercaba un Clásico del Astillero (6 de mayo de ese mismo año) y la mayoría de los defensas canarios estaban lesionados.

Estuviste en Barcelona desde que tenías 11 años. ¿Cuál es la anécdota que más te marcó?

Las anécdotas son infinitas, tengo buenas, malas y chistosas. Podría escribir un libro de lo vivido, ya que fue toda una vida la que pasé en Barcelona. Fui el único que siguió y salió de la primera escuela de Barcelona a los 11 años y me retiré por la puerta grande a los 38.

Llegó un técnico (Luis Cubilla, que estuvo desde el 22 de febrero hasta el 31 de mayo de 2007), campeón con muchos equipos... Ponle atención a esto y saca tus conclusiones: resulta que en su primera charla me llenó de elogios, me dijo que era un referente en Sudamérica, pero que ya debería pensar en ser parte del cuerpo técnico.

Después de esa charla con el entrenador, ¿cuál fue la decisión que tomaste?

No acepté. Resulta que me banqueó y después de tres meses de verlo solo por la televisión (al técnico), se le venía un Clásico (1-1, 6 de mayo de 2007) y todos los centrales estaban lesionados y solo le quedaba el Pavo (entre risas). No le quedó otra que ponerme. Me ‘sacó la madre’ toda la semana en los entrenamientos y me dio indicaciones como si fuera un jugador amateur o un muchacho. Mis compañeros se reían y hablábamos de la situación ‘matados’ de risa. Llegó el día del partido, así que fuimos al Capwell. Íbamos perdiendo, le sostuve todo el partido y le hice el gol del empate. Después de ese partido me gané la titularidad, volvimos al siguiente Clásico en el Monumental (casa de Barcelona) y volví a marcar el gol del empate. Luego (el técnico) entendió y le quedó claro que no era tan malo (suelta una carcajada) y nunca más me dejó en la banca.

Durante 18 años en el primer equipo de los canarios te ganaste la titularidad y fuiste capitán. ¿Cómo tomas que los hinchas de Barcelona te consideren un ídolo del equipo?

Agradecido. Es muy grato tener el respeto de la hinchada y el cariño. Tampoco todo fue ‘color de rosa’ (sonríe). Siempre recuerdo el último momento cuando todas las barras de Barcelona se unieron (primera vez que sucedía) para darme una placa de reconocimiento por toda mi carrera y corearon mi nombre. Ese momento siempre lo tendré conmigo porque me dijo que no hice tan mal las cosas.

El fútbol es de disciplina y para jugar en Barcelona se debe tener carácter, responsabilidad y el compromiso de darlo todo por la camiseta. Me tocó sacrificar muchas cosas, pero todo valió la pena.

Conseguiste cinco títulos ecuatorianos con los toreros (1987, 1989, 1991, 1995 y 1997). ¿Alguno de estos fue más importante? ¿Por qué?

Todas son importantes, ya que uno se los gana con el alma, pero el título del año 91 es un poco más representativo para mí porque fui ciento por ciento titular.

¿Qué recuerdas de ese campeonato?

En el año 91 recuerdo que la final fue contra Valdez, y nos la jugábamos todo, ya que el equipo que ganara aquel día sería el campeón. Lo recuerdo tanto porque logramos salir campeones jugando todo el segundo tiempo con un jugador menos. Fue peleada.

También estuviste en las dos finales de Copa Libertadores (1991 y 1998) que disputó Barcelona. ¿Aún duele el no haber ganado esos títulos?

No se pudo ganar esas finales, pero el haber participado con la sed de triunfo... Mira, la derrota fue muy dura para todos los jugadores. Lo dimos todo. Esas son cosas que la hinchada no ve, ya que solo espera resultados, y eso está bien.

A finales de 1993 fichaste por Boca Juniors y te convertiste en el primer ecuatoriano en vestir la ‘azul y oro’. ¿Cómo se dio tu llegada al equipo xeneize?

El llegar a Boca Juniors fue un pedido del técnico (Jorge) Habegger. Me marcó el debut, ya que fue en un clásico con River Plate y ganamos 1 a 0 en cancha de River (el Monumental). El recuerdo más grande es escuchar en La Bombonera corear mi nombre con cánticos de la hinchada, ya que cuando ellos te hacen cánticos es porque te metiste en el corazón del hincha. Y bueno, qué más honor que estar hasta el día de hoy en el Museo de Boca Juniors. Me llevé con todos bien, pero observaba mucho a los jugadores más referentes, como el Mono Navarro, con quien aún tengo contacto, y el Beto Marcico.

Raúl Noriega en 1993 se convirtió en el primer jugador ecuatoriano en vestir la camiseta de Boca Juniors.Archivo

Con la selección de Ecuador, ¿crees que te quedó algo pendiente?

¡Claro! Estar en el Mundial (2002), ya que antes de esto hicimos un buen camino. Mira, como anécdota, hace poco me enteré de que sí estaba en lista de los convocados (entre risas), pero lo importante es que esa selección llegó y como ecuatoriano y amante del fútbol lo celebré.