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El drama de Pepe Cebolla y el autogol del carné de discapacidad
José Vicente Barén se hizo famoso en radio y televisión. Hace cinco años tuvo un derrame que le cambió la vida, pero quiere trabajar hasta el final
José Vicente Barén, más conocido en el mundo del periodismo deportivo como Pepe Cebolla, la está pasando mal. No solo su salud está ‘achacada’, también su corazón, ya que se siente triste al ver que algunos ‘poderosos’ han hecho mal uso de los carnés de discapacidad, mientras no ha podido renovar el suyo.
“El carné para mí es de gran ayuda, no tienen idea de lo que me favorecía. Llegué a tener el 90 por ciento de discapacidad cuando me quedé mudo, sordo y en silla de ruedas (debido a un derrame hace cinco años). Soy un tipo que no tiene recursos económicos y me duele ver que personas adineradas cuentan con este documento”, expresó Barén, de 69 años y quien reside en el mismo sector de donde salió el goleador de la Lazio de Italia, Felipe Caicedo: el Guasmo Central, sur de Guayaquil.
Asegura que ha buscado por todos los medios renovar el documento, pero desde hace cinco años ‘no le paran bola’. Eso le ha dificultado el acceso a medicamentos económicos, también para movilizarse, entre otros beneficios.
Pepe Cebolla es ‘recontra’ conocido por los aficionados al fútbol, ya que ha incursionado en radioemisoras, programas deportivos de televisión y hasta en las tiras cómicas de una revista. Pero ahora, debido a sus dolencias, camina vestido de blanco con una funda plástica en la que lleva sus recetas médicas, además del documento de discapacidad -como ‘adorno’- y algunas fotos con personajes del balompié.
“Los recuerdos siempre están presentes, la época en que me disfrazaba de cebolla fue única, muchos me recuerdan cuando estaba en la televisión, otros porque hacía radio, pero mi lucha real es en el día a día buscando los recursos para seguir llevando el alimento a mi casa. Es el partido más duro de mi vida, pero lo voy ganando”, expresa Pepe Cebolla, apodo que le puso el periodista Pablo Hanníbal Vela, el Rey de la Cantera.
Aclara que no tiene un seguro de vida. “Gracias a Dios puedo decir que, aunque no camino bien, la máquina que tengo está espectacular, es decir mi mente y mi lengua funcionan al máximo”, precisa.
VIVITO
En la época más crítica de la pandemia, Pepe Cebolla la pasó mal, tanto que sus 15 hijos -producto de cuatro matrimonios- le pusieron candado a la puerta de la casa para que no salga.
“Todos pensaban que me había ido al cielo en la época de la cuarentena, porque nadie me veía, creían que estaba haciéndole las relaciones públicas al Creador, pero no era así”, dice Barén, quien a los cuatro meses recién salió de su hogar.
“Mis hijos me prohibieron salir de la casa, eso me sirvió de mucho, pero aquí estoy para seguir dando guerra. Díganle a la gente que sigo vivito”, expresa sonriente.