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Como parte del protocolo, los boxes se encuentran marcados con los espacios para los deportistas y el instructor.GUSTAVO GUAMAN / EXTRA

El CrossFit pide ‘pista’ en Quito

Instructores elaboraron un protocolo de bioseguridad, bajo la supervisión de especialistas, y adecuaron las instalaciones para poder recibir alumnos.

Han pasado más de cuatro meses desde que cerraron sus puertas. Los instructores de los centros de entrenamiento funcional y CrossFit de Quito esperan que las autoridades escuchen su pedido y les permitan retomar los entrenamientos.

Para esto elaboraron un protocolo, con los aportes de un experto en bioseguridad y un deportólogo, para aplicar en los 24 boxes que hay en la capital.

Jorge Luis Cárdenas, propietario de Naru CrossFit, comentó que “estamos cerrados desde el 14 de marzo. En este tiempo hemos tratado de mantener a la comunidad unida mediante entrenamientos on line, pero no es lo mismo que de manera presencial, ya que en los hogares no cuentan con los equipos ergonómicos”.

Detalló que este sector se ha visto golpeado económicamente por la pandemia y estima pérdidas mensuales de cuatro mil dólares. Antes de la emergencia sanitaria, cada centro tenía en promedio cien alumnos y ahora no superan los treinta.

Esto los impulsó a unirse en busca de recibir la autorización para volver a funcionar, pero siempre precautelando la salud de los deportistas, quienes con el entrenamiento funcional mejoraron su estado físico y adoptaron buenos hábitos de alimentación, lo que se refleja en un mejor estilo de vida.

Sobre los parámetros de seguridad que proponen se encuentran la obligatoriedad de portar las mascarilla al llegar al centro, la toma de temperatura y de saturación de oxígeno, y el lavado de manos antes de iniciar las sesiones de entrenamiento.

La toma de temperatura y de saturación de oxígeno forman parte de los parámetros de bioseguridad.GUSTAVO GUAMAN / EXTRA

“Hemos delimitado las áreas para atender a unas 12 personas por hora. Al menos cinco metros cuadrados de espacio de trabajo para cada estudiante y los entrenadores con un carril exclusivo de 1,5 metros, lo que evita la cercanía entre personas”, manifestó Cárdenas.

Tras cada clase, los alumnos contarán con los artículos necesarios para limpiar los implementos y se procederá a una desinfección general antes de recibir al siguiente grupo.

Cada alumno tiene en su lugar sus implementos y material para limpiarlos.GUSTAVO GUAMAN / EXTRA