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Historias de la vida real de nuestro fútbol.Archivo

La columna de la ex: Vergüenza por la ‘pezuña’

Las cosas que salen a la luz que fueron secretos por muchos años en el fútbol ecuatoriano.

Pepe era un crack, dúctil con el balón, sin problemas en el matrimonio y cero en farándula. Pero lo que pasó un día fue increíble, se peleó con quien no debía de pelearse: su mujer. Ella le gritó de todo y con el pasar de los años ‘desclasificó’ el gran secreto.

A los 20 años llegó a Barcelona. Tenía un problema: los malos olores invadían sus pies, pero no hacía caso.

Y no era que estaba de enemigo con el agua y el jabón, solo era algo que ya lo tenía marcado.

Pepe no sabía que en el camerino debía sacarse los zapatos (eran del club) junto al resto de compañeros para que un ayudante los guarde.

El primer día de entrenamiento fue el más horrible. Entrenó todo bien, pero en el camerino vino el sufrimiento. Veía que todos se sacaban los pupos. Él lo hizo a regañadientes, pero no se bañó, se colocó sus zapatos y se fue. Todo iba bien.

Sus compañeros pensaban que a Pepe no le gustaba bañarse y lo gozaron, pero mientras eso pasaba desde el fondo alguien gritó: “Estos Adidas negros apestan a pezuña”.

Pepe aquel día se ‘psicosió’. Hizo cangrejada en su casa y se lavó los pies con el agua caliente de los cangrejos para decirle adiós a la pezuña, pero no tenía seguridad de que funcionara.

A José no le quedó más que decirle a un cuñado que vaya a la farmacia y pida talcos y cremas para evitar el mal olor.

Desde ese día sus pies lucían megablancos y olían mejor que el perfume que usaba en ese entonces.

Sus compañeros no sabían que él era el dueño de la pezuña de aquel día, hasta que su amada el día que pelearon afuera del estadio le gritó “mal hombre”, “pezuñento”. Así, compañeros y reporteros se enteraron de aquel secreto que él guardaba.