Cortez pudo llegar en el 2019 a Barcelona, pero el presidente Carlos Alfaro Moreno dijo que no. Pero en 2021 todo cambió.

El único problema para la vinculación del Loco era la ‘fama’ que lo precedía: problemas en Independiente, fuga de la concentración de la selección ecuatoriana en 2017, transmitió en vivo una ‘chupa’ con compañeros de Botafogo y habló mal de su propio club.

Pero en el Ídolo creyeron en él y le hicieron un contrato especial, con cláusulas con énfasis en su conducta.

El 14 de enero de 2021, Alfaro Moreno aclaró cómo se daba su llegada: “Gabriel tiene 25 años y grandes condiciones. Esperamos que tenga un comportamiento ejemplar. Él tiene una de las últimas oportunidades de llegar al campeón de Ecuador. Puede tener una nueva oportunidad, con un manual de comportamiento. Si el jugador llegara a equivocarse, las puertas del club están abiertas. Acá no hay concesiones para nadie. Yo solo tengo paciencia para mis cuatro hijos y para nadie más”.

El directivo agregó que en el club no eran padres, maestros ni niñeros de nadie.

“Estoy conmocionado y realmente golpeado por lo sucedido”, manifestó Alfaro Moreno tras conocer el último lío del Loco.