La derrota (1-0) de Barcelona ante Delfín, en el inicio de la segunda etapa de la LigaPro, fue una muestra de que el técnico Jorge Célico sigue buscando a los futbolistas ideales para su esquema (4-4-2) y estilo de juego ofensivo, según el exjugador Luis Miguel Escalada, quien fue dirigido por el estratega argentino cuando coincidieron en Universidad Católica (2016-2018).

“Su estilo de juego es ofensivo con jugadores de buen pie, desde los defensores. Siempre piensa en el arco contrario, en marcar muchos goles. Y es por eso que les da libertad a los laterales, volantes y delanteros. En Barcelona se le ha dificultado plasmar su estilo de juego y, a veces, eso pasa porque no se tiene los jugadores ideales”, explicó el Pichu.

A pesar de que Célico utilizaba equipos ofensivos cuando estaba en la Chatoleí (2010-2017), siempre daba la instrucción a los atacantes para que ayuden en la recuperación del balón, debido a que solo se quedaban el arquero, los centrales y el volante de marca en la defensa, cuatro jugadores para contener los contragolpes.

Es más, por aquel problema, el estratega argentino hacía que sus centrales (tuvo a Alejandro Espinoza y Robert Arboleda en Universidad Católica) entrenaran en desarmar contraataques en inferioridad numérica, sin importar el número de jugadores rivales. Aparte les pedía que practiquen la salida con un pase.

“Atacábamos y defendíamos juntos cuando perdíamos la pelota, la cuestión era en los contragolpes porque jugábamos adelantados. Jorge tiene que encontrar un equilibrio con los defensores, que estén dispuestos a marcar en inferioridad numérica. En la Católica sufríamos mucho atrás, pero nosotros goleábamos. En cambio, en Barcelona no anota y le hacen goles”, acotó.

NO ES DE EXPERIMENTOS

Además, Escalada reveló que Célico se ‘casa’ con sus planteamientos y no los modifica en el transcurso de los partidos. Es más, tampoco suele improvisar jugadores en posiciones en las que no son habituales, como sucedió con Emmanuel Martínez, quien en la derrota ante Delfín jugó como volante mixto, cumpliendo un rol defensivo.

“Él no es de cambiar los esquemas. Incluso, a los jugadores no los cambia de posición, no hace experimentos. A Emmanuel no sé por qué lo puso al lado de Bruno Piñatares, pero si lo hizo jugar así es porque algo le vio. Al que una vez retrasó a una posición similar en Católica fue a Facundo Martínez y lo utilizó como la guía del equipo, el que manejaba la pelota”.

Incluso, Célico se molesta cuando sus dirigidos no cumplen las instrucciones. “Él es intenso y le gusta que acaten las órdenes en la cancha. Él es como un papá con los jugadores y le llama la atención al que no hace bien las cosas. Se fija mucho en los detalles de los jugadores”.