Exclusivo
Deportes

En los 90 jugaron en Barcelona S. C., en el 2019 se volvieron a encontrar y hoy el Covid-19 los junta para ayudar.CORTESÍA

Ángel Escobar y Kazuyuki Nakagawa, un reencuentro para ayudar

“El fútbol te deja eso, la amistad, y gracias a Dios ha servido para darle la mano a otras personas”, explica hoy Nakagawa con un buen español

En 1999 eran los dos únicos jugadores del principal equipo de Barcelona que vivían en la concentración del plantel. Uno hablaba español y el otro japonés. Se hicieron grandes amigos, pero lo mejor de ellos ha surgido en plena cuarentena por el coronavirus, 21 años después. Los excanarios Ángel Escobar y Kazuyuki Nakagawa formaron parte del equipo amarillo en aquella época.

“Éramos junto a varios juveniles los que estábamos en la concentración. Kazu hablaba poco español, pero nos entendíamos, al estar en la misma habitación peleábamos por el control remoto, siempre me decía que quería ver sport (deporte), además le manifesté que no podía repetir todo lo que decían, debido a que la mayoría eran malas palabras”, recuerda Escobar. En ese año el pelo del asiático era variopinto: verde, rojo y amarillo.

Mientras que desde Japón, Kazuyuki ‘Kazu’ Nakagawa habla del amigo ecuatoriano que le dio el fútbol: “Ángel es como mi hermano, siempre me mostró su amistad, pasábamos muchas horas en la concentración, esa era nuestra casa. Transcurrieron dos décadas para poder vernos y un año después entendimos los motivos. A veces uno no comprende qué fin tiene una amistad”.

AMISTAD PERDURABLE

Kazuyuki Nakagawa y Ángel Escobar cuando fueron parte del Barcelona.CORTESÍA

El año pasado cuando Kazu llegó con la selección sub-17 de Japón a jugar en Guayaquil, hizo los contactos para encontrarse con Escobar, y al final terminaron reunidos en el estadio Monumental. Él llegó como coordinador de logística de los nipones.

El fútbol te deja eso, la amistad, y gracias a Dios ha servido para darle la mano a otras personas”, explica hoy Nakagawa con un buen español. Mientras que Escobar señala que su paso por el fútbol le permitió tener grandes amigos.

El COVID-19 LOS JUNTA

Han dado ayuda en varios sectores de Guayaquil, Milagro y Santa Elena.CORTESÍA

Kazu comenta que “Dios sabe cómo hace las cosas” y que ahora entiende por qué volvió a encontrarse con su ‘pana’ ecuatoriano. Explica que gracias a las redes sociales supo que Escobar daba la mano a personas que por el problema del COVID-19 estaban sin empleo.

En Japón tenemos el proyecto ‘Una gotita de colibrí’ y comenzamos a trabajar para unir las ayudas. Gracias a Dios, llegamos a sectores de Milagro, Monte Sinaí en Guayaquil y seguiremos en Santa Elena y Galápagos”, explica Kazu.

Escobar indica, a su vez, que con su fundación y escuela de fútbol comenzaron a trabajar en sitios vulnerables que requieren de apoyo. “Unimos esfuerzos y logramos llevar kits de comida a diferentes sectores. La idea es darle la mano a mucha gente”, comenta el exjugador, quien destacó en Barcelona y Deportivo Quito.

Kazu hizo una colecta en su país y logró unir esfuerzos con Escobar, es una especie de jugada que al final terminó en un ‘golazo de buen corazón’.

Escobar tiene su escuela de fútbol en Milagro, pero por la emergencia le ha tocado viajar a varios sitios. “Hay que ser agradecido de la vida, gracias a Dios se pudo hacer esto con Kazu y todavía hay muchos lugares por recorrer. Al final lo que inició el fútbol en una amistad terminó en darle la mano a los demás”, subraya el exfutbolista.