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Intriago dice que la aplicación no es recomendada para conseguir una ‘media naranja’, porque se utiliza más para encuentros casuales.Cortesía

¡En Tinder es vacila, disfruta y 'chao'!

Manabita gozó con un ‘chamo’ en Estados Unidos. Lo conoció en una red social. De la charla digital pasaron a rumbear y tener un momento de pasión.

"Soy July Intriago. En 2016 pasé una temporada de cuatro meses viviendo en Miami (Estados Unidos). Esa es una ciudad muy farandulera. Y aparte de los amigos que ya tenía y los que había hecho en el camino, quería conocer más. Entonces utilicé la aplicación Tinder.

Allá se estila mucho esto de encontrarse en un lugar. Pero como las distancias no son como aquí, que todo queda cerca, los chicos se ponían con eso de “Te quiero conocer, veámonos en tal parte”, pero les decía que no. Que en mi país (Ecuador) la costumbre es que te vengan a recoger y a dejar. Me respondían: “Eso es allá, aquí no”. Yo, chao. Cuando se portaban exquisitos, yo era más exquisita.

Un día uno me preguntó si yo estaba dispuesta a salir. Le dije que sí y me contestó que estaba cerca. Yo no estaba arreglada, por lo que le pedí que me dé unos 20 minutos para alistarme.

Era un venezolano, muy apuesto y no de los ‘chiros’. Era alto, con piel bronceada porque vivía cerca de la playa, ojos claros, catire (de cabello rubio) como le llaman ellos. Estaba muy guapo y de buen cuerpo.

Me pasó recogiendo y nos fuimos a farrear con unos amigos suyos a un bar. La música era súper buena. Y como me encanta bailar, la cosa se fue dando hasta agarrar química y confianza.

Él fue muy sociable. Lo que pasa es que yo también soy muy espontánea y natural. Entonces como que eso facilitó las cosas, el adaptarse a una conversación.

La farra entre el chamo y la ecuatoriana duró hasta las 18:00 del otro día, cuando él la fue a dejar hasta su casa.

Después me dijo que le gustaba y yo le confesé que él también. Su ‘pinta’ me pareció sensual, él estaba en forma. De mí supo decir que era igual a la de las fotos. Ya le había pasado antes que conocía a alguien y se decepcionaba. “Muchas se muestran como no son, pero igual uno siempre se aventura”, me comentó.

Ese día me puse un vestido que no era tan ceñido al cuerpo. Holgado, tipo de embarazo, pero cortito igual.

El tiempo transcurrió y se nos hizo tarde. Me propuso ir a su departamento y al siguiente día salir al balneario. Le contesté que estaba perfecto, porque sí había llevado mi bikini en la cartera. Yo tenía como que organizado el plan mentalmente.

Al amanecer, cuando me pidió que me cambie para bajar a la playa, me puse el traje de baño y él gritó: “¡Tú has escondido todo ese cuerpazo en ese saco! ¿Por qué no te viniste con algo más sensual para que se te viera tu figura? Anoche lucías totalmente diferente. Estabas espectacular, pero se notaban menos tus atributos comparando con ahora”.

Yo le gusté físicamente, pero también le encantó mi forma de ser. Incluso me confesó que yo era la segunda ecuatoriana con la que salía.

Con la primera no llegó casi a nada porque era muy intensa, ella pensaba que iban a tener una relación seria. Hay que tener claro que las cosas a veces se dan, pero generalmente esta aplicación se usa para pasar un buen rato. Quizá el momento puede prolongarse y haber más encuentros, pero eso es otra cosa. Inicialmente no es para buscar romance.

July utilizó Tinder durante cuatro meses en 2016, tiempo en el cual vivió en Estados Unidos.

Nuestra cita acabó en un encuentro íntimo. Obviamente en todos lados uno corre riesgo, porque siempre hay cada loco y hay que cuidarse. Él se quedó admirado cuando me brindó un trago y no tomé. Yo soy súper divertida, pero tengo bien claro que no debo aceptar bebidas. Él podía tomar lo que quisiera, y yo cero de esas cosas. No las necesito para pasarla bien.

Le sorprendió mi actitud y le pareció bueno encontrar a una mujer así, que sea la más prendida de la fiesta sin ingerir nada.

Íntimamente hubo bastante química. Ayudó mucho lo bien que la pasamos antes... Coqueteos, miradas, la forma de bailar, mucha atracción.

A mí me gusta danzar y si me sale un ‘tieso’, queda a un lado. Pero no fue el caso. Él se adaptó bastante bien y bailamos muy chévere. La pasamos increíble. Ni siquiera hubo la necesidad de irse ‘de una’ al departamento. Disfrutamos bastante y, posteriormente, llegó el momento de otra cosa. Todo tuvo su tiempo.

Después de esa vez seguíamos en contacto por chat, pero no pasó nada más. Luego se casó y ahora tiene un hijo. Quedó clara la situación. Él y yo buscábamos diversión y la tuvimos.

Aquí en Ecuador no usé la aplicación. Todos nos conocemos y no hay necesidad. Es muy diferente".