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Buena Vida

El padre Alirio Castro Rodríguez, misionero de Stella Maris, muestra el primer cuadro con el que se inauguró el templo guayaquileño.Christian Vinueza

Virgen Dolorosa, aclamada con amor

Templo en Guayaquil lleva la denominación que se le dio a imagen luego de suceso registrado en el colegio quiteño

La Madre Dolorosa, otro ícono de la fe de los católicos, es la principal advocación de la parroquia La Dolorosa del Colegio, levantada en el Guasmo central, en el sur de Guayaquil, en recordación del milagro ocurrido en el plantel San Gabriel de Quito.

El padre Alirio Castro Rodríguez, misionero de Stella Maris, párroco del templo, dijo que esta parroquia se erigió en época de monseñor Bernardino Echeverría, y forma parte de un grupo de otras parroquias de la ciudad establecidas por un decreto común. Fue fundada en 1981.

Las fiestas patronales normalmente se celebran el 20 de abril, fecha del milagro en el colegio quiteño, según precisa el religioso, pero “cuando la fecha coincide con la Semana Santa y la Pascua, trasladamos la fiesta al mes de septiembre, cuando se conmemora la invocación de Nuestra Señora de los Dolores, cada  15 de septiembre”.

El domingo 6 de septiembre se inició la novena a la Virgen para recordarla y en esta ocasión se celebra con las misas en el templo y se transmiten por internet. No está programado ningún acto con concurrencia masiva de personas.

Una vez al año, la efigie de la Madre Dolorosa es sacada de la gruta para la conmemoración de su festividad.Christian Vinueza

Antes de la pandemia se salía en procesión con la efigie y “se visitaba todos los sectores de la parroquia”, acotó el padre Alirio, quien enfatizó que normalmente la celebración se hace el domingo previo a la fecha tradicional.

Así, en este templo porteño la representación de la Virgen Madre con su corazón atravesado por siete espadas y teniendo en sus manos la corona y los tres clavos con los que crucificaron a su Hijo también recibe una devoción especial de los creyentes.

Alumnos, testigos de un milagro

La Virgen María movió sus párpados. Estaban en la cena, cuando unos alumnos de un grupo de 35 del colegio de los Jesuitas San Gabriel, de Quito, presenciaron el inusual hecho en la imagen que refleja el dolor de la Madre por la Pasión y Crucifixión de su hijo.

El prodigioso hecho, ocurrido en Semana Santa de 1906, fomentó la devoción que data del siglo XIII.

Para estudiantes y autoridades del colegio, el inexplicable acontecimiento es un signo de especial protección de la Virgen.

El fenómeno que duró unos quince minutos fue analizado por peritos y los alumnos que vieron aquel parpadeo de la imagen también fueron valorados por médicos.

Después de las pruebas realizadas, autoridades eclesiásticas determinaron que lo ocurrido el 20 de abril de ese año, “está comprobado como materialmente cierto” y que “no puede explicarse por causas naturales”, según información del plantel.

La parte delantera del templo, ubicado en el Guasmo, fue ampliado por los trabajos realizados por la fundación Siglo XXI.Christian Vinueza

Desde entonces a la imagen se la llama La Dolorosa del Colegio. (IC)