“Te atendemos siempre con una sonrisa”, seguro que recuerdas haber leído esta frase mientras pedías unas papas fritas o comprabas un café. Este tipo de leyendas no solo te aseguran un trato amable, también sirven para ‘recordar’ a los empleados su buen estado de ánimo.

Pasa lo mismo en la oficina, cuando tienes que sonreír y mostrar ‘buena cara’ a toda costa. Esto se conoce como trabajo emocional, y sí, es algo extra que haces en tus ocho horas laborales. El término ‘emotional labor’, traducido como trabajo emocional, fue definido por la socióloga Arlie Russell Hochschild hace 35 años. Ella señaló que esto se refiere al “control de las emociones para crear manifestaciones corporales y faciales observables públicamente”; o en otras palabras, cuando te obligan mostrar felicidad.

La BBC señala que la investigación de Hochschild se centró en el caso de las aerolíneas y cómo las azafatas se ven obligadas a mostrarse positivas y felices para tranquilidad de los pasajeros. Sin embargo, la cadena de noticias británica señala que varios expertos ampliaron esta aplicación hasta relacionarla con cualquier tipo de trabajo.

Los expertos Ashforth y Humphrey, en cambio, lo consideran como mostrar una “acción apropiada conforme a una regla explícita”, lo cual incluye sobreactuar, fingir o suprimir emociones.

Tal vez no te des cuenta pero, al forzar tu buen humor se produce algo que los teóricos llaman ‘disonancia emocional’. Para no hablar en términos científicos, basta decir que tus emociones reales y tus expresiones no concuerdan.

¿Cuándo aparece?

Solo basta con fingir una emoción. Lo cual pasa seguido si en tu trabajo:

-Utilizas frecuentemente tus emociones

-Finges por largos periodos de tiempo

-Tienes que cambiar de emociones con facilidad

-Te imponen reglas de expresión emocional

¿En qué afecta?

Hochschild es una fiel creyente que mostrar emociones que no son sentidas —a largo plazo— podría desencadenar problemas en la salud psicológica. Sin embargo, otros estudios no siempre encontraron tales efectos negativos.

Además revela que esta ‘actuación’ puede incrementar la tensión en el trabajador, y llevarlo a un agotamiento emocional. Luego de un tiempo puedes terminar con estrés y el famoso burnout o desgaste profesional.

Algunos consejos

-Conectarse con los demás y tratar de entenderlos sin cambiar tus sentimientos.

-Desahogarse. Hablar con tus compañeros para ‘sacar’ todo lo que tienes guardado.

- El ambiente laboral también ayuda, ya que si estás relajado será sencillo que la amabilidad salga a flote.

-Algunos lugares suelen tener guías y normas de comportamiento, por eso es importante que las conozcas antes de aceptar un trabajo.