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El síndrome de la cabaña se ha presentado en el confinamiento y este consiste en el ‘paniqueo’ por salir de casa.Pixabay

Plantearte metas te saca de... ¡caleta!

A unos les costó el encierro por causa del coronavirus, a otros les ha afectado dejar la vivienda, pues creen que en la calle los espera algo malo. No permita que el excesivo miedo lo ‘secuestre’.

Antes de la aparición del virus pandémico muchas personas pasaban más tiempo fuera de casa que dentro de ella, solo llegaban para dormir. Pero la COVID-19 los llevó a vivir en el confinamiento, para evitar contagios. Y en este tiempo ‘brotó’ el síndrome de la cabaña, el miedo de salir del domicilio.

Este puede prolongarse por factores como la recepción de noticias no tan alentadoras (aumento de contagiados y fallecidos), ver que algunas personas no respetan los protocolos de bioseguridad, sostiene la psicóloga Verónica Fonseca, quien detalla varios de los síntomas a manifestarse: dolor torácico, sudoración excesiva, colitis aguda, ansiedad, inhibición urinaria, pánico, confusión, mareos e insomnio.

Su colega, Jhonny Mero, explica que el miedo es el que paraliza y crea la idea irracional de que salir es igual a morir de manera catastrófica. Se lo asocia a una muerte prematura.

“Los individuos ansiosos, depresivos, hipocondríacos son los más propensos a padecerlas, pero hay que tomar en cuenta que estos trastornos ya existían, solo se exacerbaron con la pandemia”, sostiene el experto en salud mental.

‘Contagie’ de resiliencia a sus hijos

Si mantiene esa actitud, supernerviosa y no quiere salir de su residencia por nada, usted puede transmitirle eso a sus niños. “Ellos aprenden, graban lo que ven de los padres y lo replican. Esa será su manera de enfrentar los sucesos catastróficos y problemas en su vida cotidiana”, indica Mero.

Su colega coincide y afirma que los adultos son el espejo de los niños y su influencia puede ser positiva o negativa. “Nosotros somos el presente y futuro mental para nuestras generaciones resilientes”, dice Fonseca.

EXTRATIPS

    • Estabiliza tu organismo antes de buscar soluciones. Por eso es recomendable que estés activo y te ejercites mínimo tres veces por semana, una hora como promedio. Bailar zumba es una buena alternativa. Disfrutar de películas o comedias es otra opción, pues esto ayuda a subir de manera natural los niveles de serotonina (hormona producida por el sistema nervioso, considerada como la base biológica de la felicidad), que tienden a disminuirse en la persona ansiosa y depresiva.
    • Fíjate nuevas metas en tu día a día. Que estas sean ejecutadas de manera progresiva, que le impulsen a romper las barreras psico-emocionales. Por ejemplo puedes empezar saliendo al jardín para regar las plantas, llegar hasta la vereda para sacar la basura o lavar el carro. Más adelante puedes ir hasta la tienda más cercana para hacer las compras respectivas, utilizando las medidas de bioseguridad recomendadas. Posteriormente puedes salir a hacer los pagos de los servicios básicos y otras actividades.
    • Trata de hacer planes con seres queridos. Estos pueden ser tanto familiares como amigos. Visítalos de repente, respetando el toque de queda y el distanciamiento. Ver a las personas amadas te hará bien, emocionalmente hablando.
    • Analiza por qué no quieres salir de su vivienda. Evalúa los puntos que te llevaron a renunciar al exterior: me puedo contagiar del coronavirus, veo demasiada tristeza o angustia en los rostros de las personas y me deprimo, etcétera.
        • Realiza técnicas de respiración. Toma aire por la nariz, trata de mantenerlo en los pulmones y suéltalo suavemente por la boca. Cada paso debe durar 4 segundos.
        • Cuenta a las personas de tu confianza lo que te está pasando. Háblales de cómo te sientes emocionalmente. Tener un grupo de apoyo es fundamental en cualquier tiempo de crisis.
"Está comprobado científicamente que el individuo al experimentar una situación drástica de encierro (en casa, cárcel, etcétera), le resultará difícil adaptarse, aunque no es imposible”.Verónica Fonseca, psicóloga
"Cuando no puedo controlar las ideas de muerte o situaciones catastróficas en todas mis áreas (trabajo, familia, amigos), debo de acudir a un especialista en salud mental”.Jhonny Mero, psicólogo