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Buena Vida

Detrás de la locutora radial, quien llegó desde su natal Esmeraldas para ganarse un puesto entre los amantes de la música tropical, hay una historia de dolor y superación.Juan Faustos

Irlanda Saltos: la Mulata que pone la salsa en Guayaquil

Detrás de la locutora radial, quien llegó desde su natal Esmeraldas para ganarse un puesto entre los amantes de la música tropical, hay una historia de dolor y superación.

Desde que llegó de su natal Esmeraldas a Guayaquil, hace ocho años, casi nadie la llama por su nombre, sino por su seudónimo, La Mulata, que lo adquirió cuando trabajaba en una radio local. Desde entonces, Irlanda Saltos se ha convertido en una de las favoritas de los radioescuchas seguidores de su programa ‘Salsa a la carta’, en radio Tropicálida. Su llegada a la urbe porteña no se dio por cuestiones de trabajo, sino por amor a su hijo, quien sufre de parálisis cerebral. Por él lo dejó todo en la Tierra Verde. Irlanda vino en busca de respuestas acerca de la condición de David, quien en la actualidad tiene 14 años. Aunque no quería saber nada de trabajar en radio, su vocación la pudo más y así ingresó, primero a Antena 3 y luego a Tropicálida, emisora a la que considera su segunda casa.

¿Qué hace una esmeraldeña lejos de su tierra?

Bueno, vine a Guayaquil porque mi hijo mayor tiene capacidades especiales. Pasé por varios lugares buscando respuestas para su rehabilitación y saber por qué estaba con parálisis cerebral, hasta que un médico me dijo que lo único que tenía que hacer era darle tratamiento de por vida porque nunca iba a curarse. Me mandó a Quito y a Guayaquil a buscar centros especializados.

¿Y aquí encontraste la respuesta?

Mi hijo vivió el proceso de mi separación con su papá, y cuando me vine para acá me di cuenta de que estaba embarazada de un mes de mi segunda hija. Vine directamente a hacer mi vida.

¿Tu cercanía y gusto por la radio se dio en Esmeraldas?

Claro, yo empecé a los 15 años, tengo 23 como locutora. Me inicié en radio Caribe, una emisora que todavía existe y en sus inicios era salsera. En mi tierra se maneja mucho la salsa, los géneros tropicales y ahí aprendí. Estaba en el colegio y asistía a la emisora.

De todos los géneros musicales, tu fuerte es la salsa.

Es mi fuerte, pero yo me enfoqué mucho en el trabajo de Karol Noboa. Ella estaba en JC Radio La Bruja, que era un boom en ese entonces, la escuchaba a ella y recuerdo que era muy sensual en su programa. Yo me paraba frente al espejo a imitarla. Y eso se fue plasmando en mí. Cuando las cosas están para ti, llegan. Un buen día fueron al colegio de radio Caribe a promocionarla, dijeron que tenían espacios juveniles, yo asistí y en una conversación con el gerente le gustó mi voz y empezaron a programarme para locutora.

¿Sabe Karol Noboa que ella fue tu inspiración?

¡Jamás! (risas) Nunca tuve la oportunidad de conversar con ella, aunque sé que visitaba mucho Esmeraldas, en esa época cuando JC Radio fue el boom. Ella fue mi inspiración. Definitivamente, sin saberlo me guio.

Estilo más sutil

¿Cómo se da tu contacto con las radios de Guayaquil?

Una hermana que trabajaba en Antena 3 me dijo que estaban necesitando una locutora, pero yo ya no quería saber nada de eso, porque venía enfocada en mi hijo. Tenía una situación personal muy difícil de superar. Quería trabajar en otra cosa. Me subía a los buses y escuchaba a las locutoras de acá y lo veía como algo muy lejano a lo que yo era, a lo que me había formado.

¿Cuál era tu estilo?

Yo manejaba una locución muy sutil, contrario a las locutoras de aquí que eran muy agresivas, populares, usaban términos muy sueltos. Yo decía que jamás sería como ellas. Guayaquil era otra cosa y no iba a encajar en nada. Era una época donde se manejaba el doble sentido en las emisoras, ahora también se da, pero años atrás era como una competencia de quién era más agresiva que la otra. Y eso le gustaba al chofer, al comerciante.

¿No te veías en ese puesto o no te gustaba esa forma de hacer radio?

Sentía que no iba a poder, me dije que no era lo mío. Me decía que me iban a denigrar, vengo de provincia, no tenía la experiencia y para evitarlo dije que no podía. Pero mi hermana me insistió y fui al casting y me aprobaron. El director de la radio me dijo que tenía madera y que me iban a pulir para estar acorde a lo que la radio estaba necesitando. Me pusieron en competencia con estas locutoras. Para mí fue difícil. Duré un año, no me atreví a ir más allá. Luego me contrató Tropicálida y vino otra historia...

Su seudónimo

¿Ahí nace La Mulata?

Fue en Antena 3 donde me pusieron ese seudónimo, porque como venía de Esmeraldas se encasilla a la gente afro, yo llegué con el pelo sambo, largo y era más trigueña, me blanqueé acá (risas).

He visto fotos con poses muy sugestivas en tu Instagram, ¿te ayuda ser sexy?

(Risas). Tal vez los hombres lo ven de otra manera, me gusta mucho vestirme sexy, a pesar de que ahora quiero estar en otro estatus. La radio implica mucho ser así, porque la salsa es baile, es muy sensual y yo la bailo bien. En la actualidad se maneja mucho la tecnología, ahora escuchas una voz bonita y buscas su cara. Si tienes una voz bonita, pero eres toda ahí... no vas a llamar la atención. No sirve de nada. Necesito enganchar al público.

Algunos esperarán a que te quites la ropa.

Mis seguidores también son mis oyentes. Eso sí jamás me voy a quitar la ropa, ni mostrar las nalgas, ni más allá de lo que está permitido.

Habrá seguidores a los que se les pasa la mano con los comentarios.

Suele pasar, pero muy poco. Acepto ciertos piropos, pero los fuertes llegan a veces por mensaje directo, pero yo los borro o bloqueo. Pero es muy poco. Hace algunas semanas empecé a recibir solicitudes de páginas porno y empecé a bloquearlas. Cuando veo que tal vez una foto que subí está muy sugestiva la retiro, porque hay quienes suelen confundirse.

¿Encontraste el amor en esta ciudad?

Aunque por el momento estoy dedicada a mi carrera, no estoy sola, mi corazón está con alguien a quien quiero y estimo. A veces él me dice que tal o cual foto muestra mucho.

Su amor por el canto

Además del amor por la locución, también te inclinas por el canto.

Mis padres eran cantantes, mi papi, quien ya falleció, fue quien me enseñó a cantar. Yo nací con esto del canto, recuerdo que tenía 6 años cuando me presenté en un coliseo con el tema ‘17 años’, de Segundo Rosero, que me la enseñó mi papá. Mi mami, en cambio, me enseñaba los temas de Silvana Ibarra, yo combiné música nacional con baladas como ‘Nostalgias de amor’, ‘Me eres infiel’, ‘Si tú quieres atrévete’, ‘Volver a comenzar’ y otras.

¿Has tenido oportunidad de conocer a Silvana?

La he entrevistado muchas veces, pero no sabe que de niña cantaba sus temas, debería contarle (risas). La he presentado varias veces y me parece una mujer espectacular, sigue teniendo esa bonita voz.