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Buena Vida
El Oro: Santa Clara, paraíso de aves marinas
En esta isla existen piqueros patas azules, fragatas, pelícanos y otras especies. Fue declarada Refugio de Vida Silvestre en 1999.
Desde el antiguo muelle de cabotaje de Puerto Bolívar, en Machala, provincia de El Oro, se puede abordar un bote para desplazarse hacia un remanso de paz.
En medio del aroma de los platos que ofrecen las diferentes marisquerías, ubicadas frente al malecón, se camina hacia el punto de partida para ir a conocer un sitio que habría sido escenario de adoración de culturas prehispánicas, pero en la actualidad es el nido de diversas aves.
Se trata de la isla Santa Clara, frente a la costa orense, a dos horas y media de viaje, donde hay centenares de piqueros con sus patas azuladas. Se los ve quietos o haciendo sus piruetas para lanzarse de cabeza al océano para atrapar sus presas.
Sobre esta roca gigante, de unas siete hectáreas, también hay fragatas, pelícanos, entre otras especies. Es el mayor refugio de aves marinas de la costa continental ecuatoriana. En ella cohabitan alrededor de 30 mil, así como especies migratorias con unos 950 lobos marinos.
La también llamada Isla del Muerto, porque desde la altura se le ve un parecido a un hombre acostado, fue declarada Refugio de Vida Silvestre en 1999.
En los viajes que ofrecen tres operadoras turísticas, Out Aventure, Fatum Tours y Promoturis, los visitantes pueden disfrutar de la presencia de delfines.
Cuando la embarcación se aproxima a este rincón paradisiaco, unos lobos marinos dan una especie de bienvenida con su canto singular. El biólogo marino Rupert Burgos revela que estos animales realizan ese gesto para comprobar que los visitantes no son depredadores.
PARA VER BALLENAS
Pero en los meses de julio y agosto hay otra razón para ir hacia la isla de Santa Clara: ver las danzas de las ballenas jorobadas que cada año arriban a las costas ecuatorianas para sus rituales de apareamiento.
Este espectáculo de los cetáceos machos que con saltos inmensos y aleteos fuera del agua intentan llamar la atención de una hembra cautiva a decenas de turistas.
Liam Belanger, turista canadiense, quien recorre el mundo y estudia el comportamiento de estos mamíferos, menciona que estas “son unas hermosas especies” y el haberlas visto en este sitio es “un grato recuerdo” que se lleva de nuestro país.
Esta etapa de apareamiento de ballenas sirvió para promover el turismo hacia este sector orense, especialmente en los últimos fines de semana.
Entre las operadoras turísticas existe gran expectativa, y apuntan a la recuperación en una de las actividades más golpeadas por la pandemia de la COVID-19, por ello motivan a vivir esta aventura.
“Realizamos un recorrido por la Ruta de las Islas Ernesto Pezo que incluye San Gregorio, Santa Clara y Costa Rica”, sostuvo Byron Vinueza, representante de la operadora Fatum Tours.
Además del paseo a Santa Clara se ofrecen visitas a otras islas en las que se puede conocer sus historias, leyendas y disfrutar en la playa. (RS)