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Necesito un respiro... mi pareja es muy 'chicle'
Una cosa es que la persona sea cariñosa; otra que sea pegajosa. Esta actitud puede llegar a ser asfixiante. Enséñele a sus hijos a no ser invasivos y a respetar límites.
Hay diversas formas de manifestar nuestro afecto. Se lo puede hacer con caricias, besos, abrazos, dando obsequios, preocupándonos por las personas, expresando palabras de afirmación (positivas, de ánimo), etcétera.
Es normal y bueno hacerlo, pero existen personas ‘pegajosas’, en quienes hay una predominancia un poco exagerada de estas muestras de cariño, sostiene la psicóloga clínica y terapeuta de parejas Sandra Moreira, quien indica que esto se convierte en algo problemático cuando la otra persona se siente invadida.
Su colega David Jarrín señala que una persona ‘chicle’ se caracteriza por su constante demanda de atención y validación como forma de sentirse amada o deseada.
Hay factores que intervienen en los ‘pegajosos’: la personalidad, las relaciones familiares y sociales que ha tenido a lo largo de su vida y en ocasiones también pueden presentarse carencias afectivas que fomentan la necesidad de atención, menciona Jarrín.
“Esto genera que en ocasiones exprese sus sentimientos inclusive de manera exagerada, buscando una respuesta a cambio”, dice el experto.
Jarrín añade que en casos más exacerbados, uno de los integrantes de la pareja llega a experimentar frustración por no sentirse satisfecho con las muestras de cariño de la otra parte, y llegar a sentir que nada de lo que hace es suficiente.
El otro puede sentirse asfixiado, lo que en ciertos casos se vuelve el detonante de peleas, discusiones, resentimientos, escenas histriónicas, desinterés en las expectativas de la persona demandante y con ello deterioro paulatino de la relación, asevera el psicólogo.
Puede empezar de niños
Este tipo de conductas pueden formarse desde edades tempranas y se ven reforzadas por los padres, cuidadores o familiares a lo largo del desarrollo, manifiesta Jarrín.
“Ya sea porque se vio en la necesidad de tener ese comportamiento demandante ante la desatención de sus padres, o en su defecto por sobreprotección por parte de los mismos, lo cual fue fomentando la idea de ser el centro de atención y afecto. Y eso se expresa en la etapa adulta, en sus relaciones afectivas con necesidades de validación y carencias afectivas”.
Moreira expresa que el rasgo de personalidad dependiente y apego ansioso no es sano y los hijos pueden aprenderlo. Por eso, enséñeles a no ser invasivos y respetar los límites.
EXTRAtips
1. Ámate primero y que tu felicidad no dependa de otros. El amor no viene de ganar la aprobación y afirmación de los demás, sino de quererte.
2. Recuerda: no lo puedes cambiar. Por eso es necesario que vayan a terapia de parejas, porque se puede estar frente a un caso de dependencia emocional, miedo al abandono, etc. La autoayuda o fuerza de voluntad no es suficiente, se requiere de profesionales.
3. Exprésale a tu pareja que sus acciones te molestan. Pero primero pregúntale por qué necesita las demostraciones de cariño y validación y si está feliz con las muestras de afecto en la relación.
4. Cada persona tiene su forma de mostrar afecto y amor. No necesariamente se da de la forma en que lo esperamos. Reconozca que la relación de pareja requiere un conocimiento constante del otro y la comunicación es la vía de adaptación mutua.
5. Analiza si tu conducta genera reacciones positivas, al igual que respuestas cariñosas y afectivas; o si por el contrario está fomentando ‘pitos’ con tu pareja o te ha pasado en las relaciones anteriores.