Si la toalla con la que te secas luego de ducharte huele mal, está áspera, manchada o cambió de color, está pidiendo a gritos que la cambies por una nueva. Para saber que han cumplido su vida útil, aquí tienes estos consejos.

Ya no absorben

Cuando ya no absorben lo suficiente por los muchos lavados y han ido acumulado restos de jabón o suavizante volviéndolas duras al tacto y dañando su estructura o desgastándolas es hora de cambiarlas o desecharlas.

Huelen a humedad

Si por mucho que las laves con jabones y suavizantes fragantes siguen con un desagradable olor a humedad es porque han acumulando bacterias. Ante esa persistencia no tardes y deshazte de ellas.

Vida útil

La vida útil de una toalla es de máximo tres años, si aún sigues usándola te arriesgas a que proliferen bacterias. Lo aconsejable es cambiarla por una nueva para evitar la propagación de otros agentes patógenos. Sobre todo si son toallas que las has usado en gimnasios o en espacios públicos. Cuando se trata de estos casos específicos lo recomendable es que las sustituyas con frecuencia.

Desagradable al tacto

Si al salir del baño la sientes áspera o desagradable al roce de la piel es posible que las fibras estén dañadas y de ahí no se regresa. Recíclalas para tus mascotas o como limpiones.

Manchadas

Es hora de cambiarlas si están llenas de manchas, incluso después de lavarlas varias veces, ya que tendrán un aspecto de sucias o antiestéticas. Si siguen manchadas o están descoloridas afectarán su apariencia.

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