En quince días, trabajando durante 8 horas diarias, los artesanos Luis Coronado, su hijo Anthony y Stalin Clemente dejaron lista ¡la sillota del turismo!

Este objeto gigante se exhibe en Libertador Bolívar, al norte de la provincia de Santa Elena, para exponer la labor que se realiza en esa zona.

Con 35 cañas guaduas que extrajeron de la montaña, los tres artesanos de la citada localidad dieron forma a una obra de 4,5 metros de alto (desde el suelo hasta finalizar el espaldar) por 3 metros de ancho. La altura para llegar al asiento es de un metro y medio.

Para sellar las uniones de la silla gigante se utilizaron pequeñas puntas o clavos del mismo material, mientras que para el asiento picaron y extendieron unas cañas. La enorme artesanía llama la atención de propios y extraños.

Con esta iniciativa, los artesanos buscan mostrar calidad artística y lo que pueden crear con materiales ancestrales, siguiendo los conocimientos transmitidos de sus antepasados.

“La caña hay que saber cortarla, nuestros ancestros nos enseñaron que se lo hace de acuerdo con el calendario lunar, así dura más tiempo”, explicó Luis Coronado, quien lleva más de tres décadas trabajando con el bambú.

CAÑA GUADUA

En Libertador Bolívar, el 70 % de su población se dedica a la elaboración de artesanías en tagua, sapán, paja toquilla, entre otros materiales que se encuentran en los campos de esta comuna, pero predominan los trabajos en caña guadua.

“Libertador Bolívar, donde la artesanía toca el mar” es el eslogan con el que se identifica a la población, por eso desde hace años atrás se buscó un material de identificación propia y luego del análisis se escogió a la caña. Con la elaboración de la silla gigante esperan la presencia de más turistas en el balneario.

“Tremenda silla, todo es caña. Aquí entra la familia completa, hasta se podría pasar una noche en ella. Felicitaciones a los artesanos de este lugar, han demostrado que tienen magia en sus manos”, comentó el manabita Jorge Macías, quien no desaprovechó la oportunidad de fotografiarse en el enorme asiento colocado frente al mar en el ingreso a Libertador Bolívar.