Robertina Moscoso no quiere que el cáncer vuelva a su vida. Hace dos años le extirparon un tumor en el rostro y la enfermedad se alejó.

Las sesiones de quimioterapia le provocaron la caída de cabello y otras afectaciones físicas, pero lo que más se vio afectado fue su estado de ánimo.

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Cada seis meses se realiza un chequeo médico para confirmar que no ha vuelto el cáncer. Los doctores le recomendaron que no tenga ansiedad ni se estrese demasiado.

La adulta mayor, de 67 años, optó por un tratamiento facial y una sesión de masaje. Creía que esto era imposible para los pacientes oncológicos.

El cosmiatra Salomón Jiménez afirma que existe la creencia de que las personas que sufrieron cáncer no pueden recibir masajes o cuidados en su piel, por las terapias invasivas que tienen durante el tratamiento de su enfermedad.

Sin embargo, según el experto, estas opciones elevan y potencian la calidad de vida del paciente.

En el caso del cuidado de la piel, por ejemplo, a Robertina le colocan cremas y espumas que limpian e hidratan su rostro de una manera segura, sin provocar inflamación.

Otro tratamiento para pacientes oncológicos son los masajes relajantes. Su objetivo es disminuir los niveles de estrés, ansiedad e incertidumbre que les provoca la enfermedad. A Miryan Gavilánez le diagnosticaron cáncer de tiroides hace un año. Cuando se enteró de la noticia, bajó su autoestima. Pero una sesión de masaje le cambió su estado de ánimo.

Salomón precisa que los masajes de este tipo son diferentes, más sutiles y superficiales. La intención es estimular las zonas nerviosas para lograr que el paciente se relaje.

Además, el cuarto donde se realiza esta práctica suele estar ambientado con luces opacas, rosas aromáticas y música tranquila, para que la persona sienta un estado de paz.

Jaime Burgos vive con una paciente oncológica. Su esposa tiene cáncer de mama. Para él fue difícil ver a su pareja desmoronarse por la enfermedad.

Afirma que la mayoría de personas se alejan de los pacientes cuando se enteran de que tiene cáncer. Él decidió luchar junto a ella y para él es una buena opción la estética oncológica “porque ellos (los pacientes) sufren mucho en soledad y necesitan un espacio para ellos mismos. Olvidarse del mal que les aqueja”.

Doménica Bustillos es estudiante de estética y cuando inició esta carrera lo hizo porque le gusta el cuidado de la piel. Antes no sabía que había una alternativa para pacientes oncológicos. Indica que esta opción es ideal para que ellos no se sientan aislados de la sociedad, ni señalados por lo que padecen. “La salud es importante en todos los aspectos. El cuidado externo es fundamental para estar bien anímicamente”. 

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