Mi hermana me contó que su hija Dani tenía tres años cuando conversaba con su amigo invisible. Una mañana la llamó a comer y vio que estaba hablando sola.

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Le preguntó con quién conversaba y ella le respondió, mirando hacia arriba: “Con mi amigo con alas”.

Curiosa, mi hermana quiso saber el nombre de aquella ‘persona’. “No lo sé, déjame preguntarle (...) Dice que se llama Serafín”.

Años más tarde, mi sobrina se enteró de quién es Serafín, su amigo con alas. No es de extrañarse, pues los niños, por su pureza de corazón y la falta de prejuicios, tienen más contactos directos con su ángel guardián o con ángeles de cualquier otro tipo.

Los ángeles son los únicos seres espirituales que pueden manifestarse con forma humana. En ocasiones, para salvar su vida, en un momento de tristeza o desesperación o simplemente para asistirlos en los desafíos más complicados.

Estos mensajeros pueden presentarse usando todo tipo de vestimentas y adoptando cualquier edad, forma y color de piel.

Todos los seres vivos tienen espíritus protectores. No solo los seres humanos, también la naturaleza tiene su propia red de apoyo, mediante la cual todos son cuidados y amados. Sin embargo, la mayoría de personas pasan su vida desconectados y bloqueados de la maravillosa asistencia angelical.

Un buen punto de partida para fortalecer esa conexión es tomar en cuenta esas bendiciones diarias, esos pequeños milagros del día a día, en los que se hace evidente la intervención divina cuando se la solicita. Desde encontrar un parqueo hasta recibir apoyo cuando todo está abarrotado.

Si se lo piensa bien, la mayoría de las personas han tenido la certeza de la intervención de su ángel en algún momento de la vida. ¿Usted no?

- Igual que con un amigo, es importante fortalecer la relación, no ignorarlos, más bien conversar con ellos, pedirles su guía, apoyo, protección y vivir siempre en gratitud por su compañía. Cuanto más se aprecia su presencia como un regalo del Cielo, más bendiciones se reciben y aumenta la energía y frecuencia vibratoria.

- Entrena tu mente para ver todo lo bueno que recibes a diario, pues mucho de eso es orquestado por su compañero angélico.

- Acostúmbrate a reconocer su apoyo con amabilidad y dar las gracias en la mañana por haber cuidado su sueño. Pídele durante el día que te acompañe y proteja. Y antes de acostarte, agradécele por las bendiciones recibidas.

Debes saber que... Los ángeles nunca han sido humanos, no son parientes fallecidos. Su labor comienza desde el vientre materno y permanecen junto a las personas el resto de la vida. Guían, protegen y cuidan el cuerpo, la mente y el espíritu, y acompañan en el momento de la muerte.

Ángel de Dios, amado guardián que el amor de Dios me envía, permanece a mi lado siempre y cada día para darme luz, protección y guía.

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