Te encuentras con tu conviviente en una reunión. De repente se acerca un familiar y les hace la incómoda pregunta: ¿Y los hijos pa’ cuándo?... Ante esta interrogante, algunas parejas ‘se hacen las locas’ y ‘amagan’ como si no escucharon. Otros se molestan y podrían reaccionar de manera defensiva o bruscamente.

“Los inconvenientes pueden variar según la pareja. Algunos pueden sentirse frustrados o incómodos y evitarían asistir a eventos sociales o incluso a distanciarse de ciertas personas”, dice la psicóloga clínica y catedrática Marcia Colmont. La experta indica que esto puede generar tensiones en las relaciones y causar conflictos.

(Te invitamos a leer: ¡Cuidado con esa boca! Si tu hijo dice malas palabras es probable que tenga un ‘profe’)

Algunos realizan estas preguntas imprudentes debido a las expectativas culturales o creencias relacionadas con el matrimonio, sostiene Colmont. “Otras pueden estar motivadas por el interés genuino del futuro de la pareja”.

Según su colega Freddy Arteaga, tanto mujeres como hombres formulan esta pregunta, pero más lo harían ellas. “Madres, tías, primas, amigas. Como algunas han tenido hijos pronto, quieren lo mismo para sus allegadas”, señala Arteaga.

Hay gente que juzga y critica a los que deciden esperar antes de tener hijos, acusándolas de egoísmo, precisa la psicóloga. “Es importante reconocer que cada pareja tiene sus razones y no está mal que primero deseen disfrutar de su relación sin vástagos, ya sea para viajar, estudiar u otra actividad”, concluye la especialista. 

Algunos convivientes en lugar de tener retoños se deciden por cuidar y amar a perros, gatos o ambos. “La elección de tener mascotas en lugar de hijos es completamente válida y cada persona tiene derecho a decidir cómo desea construir su familia y encontrar felicidad; y no debería ser motivo de juicio o crítica”, declara Colmont.  

1. Diferencia generacional. Algunos no preguntan con mala intención, pero son de otras generaciones, con aspiraciones distintas. Cuando las abuelas eran jóvenes, la ‘regla social’ indicaba que una mujer debía casarse y tener hijos para sentirse ‘realizada’. Por esta razón, a varias se les hace extraño que hoy no se tenga esa prioridad.

2. Pongan límites. Si se sienten incómodos, ‘párenles el carro’, pero educadamente, diciéndoles que ya no insistan con lo mismo.

3. Estabilidad emocional y económica. El momento ideal para tener descendencia es una cuestión muy personal y depende de algunos factores, como la estabilidad emocional y financiera de la pareja, entre otros.

4. Respeto y empatía. Los familiares y amigos deben de reconocer y respetar el hecho de que tener hijos es una decisión personal. Si difiere con lo que resolvió la pareja, ‘quédese frío’ y no juzgue. Al contrario, muestre interés genuino en la vida de la pareja, más allá de la maternidad/paternidad y ofrecer apoyo en sus proyectos y metas actuales.

¿Quieres seguir leyendo más contenido de calidad? Suscríbete aquí.