Nunca lo pases por alto, ya que es un anuncio de que tu mascota es víctima del llamado ‘head-pressing’, que traducido significa presionando la cabeza, un indicio de que está experimentando graves dolores de en esa zona.

”Esto puede ser porque hay presión a nivel craneal y un fuerte malestar, causa probable de una enfermedad neurológica”, asegura la veterinaria Paola Villagómez.

Cuando el animal presiona o golpea su cabeza contra una superficie dura es porque está tratando de aliviar su dolor, por ello es importante llevarlo donde el veterinario para evitar que se lesione y cause heridas en el cráneo y sus extremidades.

Síntomas

Además del característico apoyo de la cabeza contra una superficie, otros de los síntomas que presenta el animal es mantenerse inmóvil, con la cola agachada o entre las patas, su cuerpo está tenso y no reacciona al llamado de su tutor.

Hay que advertir los movimientos de cabeza compulsivos y circulares, problemas visuales, falta de reflejos, cambio de hábitos y la presencia de convulsiones.

Causas

Una de las causas del ‘head-pressing’, puede ser el resultado de una enfermedad neurológica causada a su vez por un traumatismo craneoencefálico grave. Esto provoca el aumento de la presión intercraneal.

Por ejemplo, en caso de envenenamiento, por la ingesta de alguna sustancia tóxica que invade el sistema nervioso del animal; un trastorno metabólico como la hipernatremia que se produce a raíz de altos niveles de sodio en sangre; y un posible tumor cerebral, entre otras enfermedades que puedan afectar al cerebro.

Banderas rojas

Otras alertas son la falta de reflejos o mirada pérdida y alteraciones visuales, verlo correr en círculos, presentar convulsiones o perseguir obsesivamente su cola. Algunas razas de perros pueden ser más propensas al ‘head-pressing’, como los yorkshire, bulldogs o beagles.

”En el caso de los gatos, aunque este comportamiento les afecta muy poco, no quiere decir que no existe la posibilidad, por eso lo mejor es acudir a un veterinario para que haga exámenes generales y luego recurrir al neurólogo”, aconseja la veterinaria.

Tratamiento

El veterinario puede sugerirle al dueño de la mascota la práctica de algunos estudios como análisis de laboratorio, una resonancia magnética, una radiografía de la médula espinal y una ecografía, además de identificar la zona donde se produce la afección, si en el sistema nervioso central o en el periférico.

Una vez con ese diagnóstico, el médico indicará el tratamiento adecuado en base del resultado que puede ser por un traumatismo, intoxicación, un trastorno metabólico o una enfermedad neurológica que, en algunos casos, puede requerir de una intervención quirúrgica.

”Antes de preguntar si tiene cura se debe de diagnosticar, y luego ir al proceso o a un tratamiento específico. La recomendación es que ante la sospecha, consulten de urgencia al veterinario”, sugiere Villagómez.