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No comas cuento: Aprende a leer la etiqueta nutricional de tu 'jama'
Aunque un producto esté marcado como dietético debes tener mucho cuidado con sus componentes pues podrían ser dañinos para tu salud
En los estantes de los supermercados y tiendas de vecindarios reposan una diversidad de productos que, en muchas ocasiones, se autodenominan como ‘dietéticos’ o ‘bajos en grasa’. Entre la abrumadora lista de marcas que ofrece el mercado, parecería ser un reto hallar un alimento procesado que ayude a tu dieta y no perjudique tu salud. Especialistas en nutrición consultados por EXTRA te dan consejos para que sepas lo que en realidad te llevas a la boca con tan solo pegarle una ojeada a la etiqueta nutricional.
- ¿De qué se compone la etiqueta nutricional?
Abandonada y olvidada por algunos, la etiqueta nutricional es la ventana que te muestra lo que estás a punto de introducir a tu cuerpo, es lo más importante y en lo primero que te debes fijar antes de pagar por algún alimento. “Son una estrategia para poder simplificar la lectura que va a tener el consumidor del producto por cada porción”, añade Sussy Corral, licenciada de nutrición, estética y dietética.
En dicha sección podrás conocer cada elemento que compone el producto. Si bien es cierto, también dependerá del objetivo que tengas (ya sea reducir medidas, aumentar masa muscular o mantener tu peso) es importante que aprendas a interpretar las cantidades y nombres químicos que aparecen en la etiqueta para que no consumas algo que pueda perjudicarte en un futuro.
Uno de los errores más recurrentes que han notado los profesionales de la nutrición cuando hablan con sus pacientes es la falsa idea que tienen en que el total del producto es igual al número de calorías que muestra la etiqueta. En realidad, la cantidad que detalla se basa en las porciones, es decir, si en un envase de 400 gramos salsa de tomate establece que tiene 20 calorías; significa que solo una cucharada tendrá este porcentaje. Si comes más de tres cucharadas habrás ingerido 60 calorías.
Martha Ríos, licenciada en nutrición y tecnóloga en alimentos, cuenta que otro traspié común que llega a su consulta es la creencia de que el desayuno con cereales de caja son bajos en azúcares y funciona para bajar de peso. “Aunque tiene el semáforo verde en azúcares, no sabes que al comer eso vas a tener un nivel de azúcar elevadísimo en la sangre”, detalla.
Por otra parte, en la dieta en la que te encuentres, tomes en consideración que de las calorías que consumes, solo el 5 % debe provenir del azúcar. “En el 2018, la OMS emitió un comunicado diciendo que nosotros no deberíamos de consumir más de 5 % de azucares en nuestra diaria. Si tienes una dieta de 2000 calorías, son 25 gramos”, agrega Corral.
- La lista de ingredientes, la clave del éxito
No solo las porciones son importantes, también los ingredientes que tiene el producto es fundamental para decidir qué consumir.
En muchas ocasiones, como estrategia de publicidad, algunas marcas utilizan otros nombres para omitir que contienen azúcar añadida o aceite de origen vegetal, “cuando ves que el primer ingrediente es maíz, arroz, trigo, y resulta que el cereal más sano es la avena y está al final de la lista de ingredientes, no es tan saludable como dice serlo”, amplía Ríos.
Un nuevo dilema aparece en la escena cuando se trata de los productos marcados como ‘light’. Según Ríos, en múltiples ocasiones, dicha etiqueta significa que es “menos malo” que su homólogo, pero no es determinante en si verdaderamente es saludable.
Lo mismo ocurre con productos que aseguran estar hechos con estevia (planta en la se extrae un edulcorante natural que no eleva la insulina en la sangre), pero que contiene químicos que, con el tiempo, podría perjudicar a tu salud. Por este motivo, Pedro Barrios, entrenador y especialista en reducción de medidas, recomienda las hojas del estevia.
“Hay muchos componentes dañinos que tienen los productos sin azúcar, como por el ejemplo el aspartame que están en gaseosas sin azúcar, son derivados del maíz, como el maltitol o maltodextrina, que son componentes sintéticos y agresores”, finaliza el profesional.