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Tratar de manera diferente al hijastro crea resentimiento en el pequeño.Shutterstock

Efecto Cenicienta... cuando el trato es diferente entre los hijos e hijastros

Tu pareja vino con ‘combo’, luego tuvieron sus propios vástagos. Desde entonces al biológico se le da el mejor regalo y las sanciones no son tan severas, pero el hijastro recibe lo que sobra y hasta los pueden maltratar. Esta situación puede afectar el autoestima del menor

En Navidad el hijastro recibe el regalo más barato, el hijo biológico el más costoso. Cuando hay alguna pelea entre ellos, el vástago de su pareja es a quien ‘le toca’ la peor parte, la ‘repelada’ y el castigo, y el otro solo recibe una suave reprimenda. Suele suceder...

A este tipo de comportamiento se le denomina el efecto Cenicienta, haciendo alusión al clásico cuento de hadas en el que una madrastra trata de manera diferente a sus hijas y a su hijastra.

“Es un rechazo a la presencia del hijo natural del conviviente. Una exclusión en la que se priva de amor y atenciones al hijastro, que lo hacen sentir desplazado”, explica la psicóloga clínica y terapeuta familiar Cecilia Bayas Arellano, quien considera que este efecto se da de manera progresiva.

Su colega Eliana Segura sostiene que ese trato afecta la seguridad, autoestima o autoconcepto del chico.

“Para que esto se vuelva conflictivo va a depender de factores como la cultura, idiosincrasia, edad, creencias, etcétera”, señala Segura.

Maltrato y abuso sexual

“Socialmente hemos escuchado que existe un mayor maltrato entre padrastros e hijastros que entre padres e hijos biológicos. Podrían iniciar con fuertes llamados de atención, que pueden pasar a insultos y golpes. En casos extremos se puede detectar abuso sexual, posiblemente por no sentir ningún vínculo afectivo ni biológico con su víctima, utilizando la manipulación y la amenaza para concretar un hecho dañino”, puntualiza Segura.

Bayas manifiesta que por lo general las víctimas de estos malos tratos son de edades menores, que no tengan vocabulario o capacidad para enfrentar a sus padres no biológicos y denunciarlo ante su progenitor.

Separación o encubrimiento

Según Segura, hay dos escenarios que pueden darse en el hogar: Que el padre de familia biológico al descubrir los abusos de su pareja va a poner límites, llegando incluso a la separación.

Otro escenario es que el progenitor sea cómplice de los maltratos que sufren sus hijos, calla y encubre, surgiendo como consecuencias que los muchachos crezcan con resentimientos a los cuidadores y sus medios hermanos.

Bayas menciona que algunos padres biológicos no tienen la capacidad de frenar a su conviviente, pues están ciegos por su pareja.

EXTRATIPS

  • La comunicación siempre será la respuesta. En esos momentos exprese sus miedos y vivencias. Que los chicos puedan comunicar cómo se siente con el nuevo integrante (padrastro o madrastra).
  • No te culpes si no sientes afecto por los hijos de tu pareja. Recuerda que toma tiempo construir las relaciones.
  • Evita crear celos entre los ‘pelados’. Mostrar diferencias entre los biológicos y los ‘ensamblados’ solo destruye los vínculos.
  • Abre canales de diálogo. Toma tres momentos en los que has visto esa diferenciación en el trato, pero hazlo sin discutir, pues de hacerlo, solo incrementarás el rechazo hacia tu hijo biológico. Trata de que tu pareja se dé cuenta de que tienes las alertas (‘estás mosca’), así el otro trate de modular sus acciones y palabras.
  • Como padre biológico trata de estar presente en momentos especiales. Eventos en la escuela, los cumpleaños, etcétera. Pese al trabajo y otras actividades que tengas, tú  eres quien está a cargo del menor, no tu pareja, aunque lo ideal es que te ayude.
“No se puede generalizar, hay relaciones sanas entre hijastros, padrastros y madrastras, que se cuidan y aman; de adultos agradecen el cariño recibido”.Eliana Segura, psicóloga clínica
Procuren realizar actividades familiares para fortalecer los vínculos.Pixabay
“Esto es más frecuente de lo que se cree. Podría darse porque el padre o madre no biológico sufrió algún abuso sexual o físico y replica las vivencias con los hijastros”.Cecilia Bayas Arellano, psicóloga clínica y terapeuta familiar