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Desde Miami, la presentadora de Caso Cerrado habló de su vida dentro y fuera de la televisión.Archivo

Ana María Polo: “El litigio con la vida es a diario”

Desde Miami, la presentadora de Caso Cerrado habló de su vida dentro y fuera de la televisión.

Su rostro es uno de los más populares de la televisión americana gracias a su talk show Caso cerrado, en el que se exponen conflictos de pareja, familia o de cualquier índole interpersonal. El espacio original de Telemundo, en Ecuador inició ayer una nueva temporada por la señal de Ecuavisa.

Establecimos contacto telefónico con Ana María Polo, la presentadora cubana estadounidense para saber qué hay detrás de la mujer de fuerte carácter y voz imponente que proyecta desde que apareció por primera vez en 2001 inicialmente con Sala de parejas.

¿Cómo ha sido este trayecto en los últimos 17 años?

Ha sido mágico, intenso, no puedo quejarme de nada. Nunca imaginé el huracán que se formaría y cómo mi vida cambiaría hasta tornarla relevante. Pero estoy con las mismas ganas que cuando comencé en esto, el litigio es a diario (risas)”.

Con todos los reconocimientos obtenidos dentro y fuera de Estados Unidos no solo por su show televisivo sino por su activismo contra la discriminación, la homofobia y el cáncer, ¿se siente una triunfadora?

Lo soy desde el momento en que sobreviví al cáncer y a muchas otras cosas. Estar viva cada día para mí es un halago y dentro de los medios puedo decirte que mis sueños se han hecho realidad.

¿Y qué quedó con el sueño de la niña que quiso ser cantante, pero terminó siendo abogada?

Quien sabe qué hubiese pasado si no seguía el consejo de mis padres, a mí me gustó estudiar abogacía y una cosa me llevó a la otra. Siempre me he comprometido con lo que hago y por otro lado no he dejado de cantarle a la vida (risas).

¿En qué radica el éxito del programa y que la audiencia se mantenga en altos niveles pese a todo tipo de críticas y que cada vez consiga más adeptos?

No tengo una fórmula, pero parte de la televisión es mágica y esa magia ha logrado que la gente se identifique con los casos expuestos. Seguramente si no te pasó a ti, conoces a alguien que sí lo vivió. Comunicamos conceptos, valores, siempre seguimos el compás presentando temas actuales, cotidianos que pasan en todos los países y regiones porque son las mismas situaciones.

¿Entonces la gente disfruta ver los conflictos de otros?

La gente se refleja con los problemas que se dan en el mundo, no importa la cultura ni la raza. La vida está llena de conflictos y la belleza radica en resolverlos.

¿Cuando empezó esta aventura, estaba consciente de la repercusión que tendría a futuro?

Para serte sincera, no. Debido a mi falta de visión o de conocimiento del producto con el que estaba al aire cuando empecé con Sala de parejas, pero ha sido algo extraordinario. Estoy muy agradecida con la acogida en toda Latinoamérica, he visitado Chile, Argentina y Perú, y la respuesta ha sido fabulosa.

¿Y Ecuador para cuándo?

Me encantaría conocer tu país y agradecerles por tanto cariño, hasta que llegue el momento, gocen de los casos.

¿Cuál es el litigio del que se siente más orgullosa haber ganado?

El cáncer. ¿Sabes una cosa? Cuando lo enfrenté, lo hice con sobriedad, nunca influyó en mi autoestima y agradezco a Dios por eso, sabía que podía salir bien librada si es que peleaba. Hice hincapié en eso y lo conseguí.

¿Cómo ha hecho para no marearse con el éxito y no cambiar por la fama y la atención pública?

Tiene mucho que ver con la persona. A mí me llegó cuando ya tenía 41 años, una edad en la que estaba madura y formada. Me fue fácil manejar todo esto. Es muy diferente a alguien que le llega cuando tiene 17 o 20 años, a esa edad la presión que sientes es muy diferente, por eso al final actúan con rebeldía.

¿Entonces no se priva de nada?

No tengo por qué. Yo no me aíslo ni me encierro , no le pierdo el pulso a la vida, voy al supermercado y a la farmacia como cualquiera. Si me piden un selfie y no me he maquillado, igual me tomo la foto, cómo puedo negarme, es la gente que ve mi programa y me sigue.

¿Hay algún caso que le haya costado cerrar?

El cigarrillo. Sé que es malo fumar y es mi batalla personal. No lo hago en público porque soy imagen, pero fumo a diario, eso sí, no llego a una cajetilla.

¿Ante qué no es tolerante?

A la falta de respeto. Me molesta el yoísmo, la grosería, la mentira, la deslealtad y la gente mala.

¿Le tiene miedo a algo?

A las alturas, pero bueno tengo que tenerle miedo a algo, un psicólogo me decía que era normal. Soy tan moderada en todo, que tener ese temor es necesario para lograr ese balance, es lo máximo.

¿Usted que ha librado tantas luchas si fuera un superhéroe cuál sería?

Superman es mi favorito, esa sensibilidad que él tiene, el amor por la humanidad y la justicia.

¿Qué la mueve todavía?

Trazarme metas, vivir la realidad, el conocer gente en todos sus matices.

¿Algún caso pendiente?

Las matanzas que vemos en los jóvenes. Me impacta lo que ocurre en los colegios de Estados Unidos, en lo que llevamos del año son 22 ataques. Estoy muy preocupada porque algunos de los ejecutores o victimarios vinieron de hogares formados y recibieron amor de sus padres. Más que el control de armas, habría que centrarse en las enfermedades mentales que están azotando a la humanidad. La causa es más profunda.