Comunicarle a un hijo que te vas a separar de la mamá es una conversación difícil y delicada que requiere honestidad y comprensión. Es normal que este tema genere emociones intensas tanto en los padres como en los niños.

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El psicólogo Londres Mora, especialista en neuropsicología clínica y diplomado en terapia sistémica familiar, aconseja prepararse cuidadosamente para este diálogo. Antes de hablar con el pequeño es crucial estar emocionalmente preparado. Reconoce y gestiona sus propios sentimientos sobre la separación, asegúrate de estar lo más tranquilo posible. Elige un momento adecuado y tranquilo para la conversación, evita interrupciones.

Un punto importante que enfatiza el profesional es que durante este proceso no se deben ofrecer regalos costosos como una solución para aliviar las emociones del niño. Más allá del valor material, el niño necesita comprensión, consuelo y apoyo emocional constante.

La separación es un período desafiante para los niños, lleno de confusión y preguntas sobre el futuro. Es esencial proporcionarles un ambiente estable y amoroso donde puedan expresar libremente sus emociones. El exceso de regalos podría confundirlos, haciéndoles creer que su bienestar emocional depende de objetos materiales en lugar de la seguridad y el afecto de sus padres.

En lugar de enfocarte en obsequios, es más beneficioso dedicar tiempo a escuchar al niño, validar sus sentimientos y responder con comprensión y paciencia. Mantener rutinas familiares consistentes y proporcionar un entorno seguro y afectuoso son cruciales para ayudarlo a adaptarse a los cambios.

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¿Cómo hablar de una separación? 

Es fundamental que la separación sea un diálogo primero acordado por ambas partes adultas, para posterior reunirse con el niño/a en un ambiente de serenidad y calma para darle la noticia, y hacerle entender que el fin de una relación no es el fin del vínculo afectivo que les une como padre o madre. Se debe dar seguridad al niño de que ambos estarán ahí para cuidarlo y protegerlo.

¿Qué pasa por la mente del niño?

El primer pensamiento es la sensación de desamor que experimenta el niño, pues puede sentir que sus padres han dejado de amarlo o quererlo y esa es la causa de la ruptura. Los niños no logran comprender que las relaciones tienen otros pilares que la sostienen. Para cuidar el estado psicológico de su pequeño puede decirle lo que está pasando, sin hablarle mal de su otra figura de autoridad.

Lo que no se debe hacer 

En ningún momento se debe criticar al otro, o decir la razón por la cual se terminó la relación con la finalidad de indisponerlo frente a su hijo. El niño nunca debe ser testigo de una pelea, ni actuar como mensajero en los problemas de los mayores. No se debe poner al niño en aprietos de decidir con quién quiere estar o convivir. No se puede dejar que él piense que es el culpable de la separación.

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