Investigadores italianos publicaron este lunes 15 de julio el descubrimiento de una cueva en la Luna, lo cual permitiría la protección contra la radiación y el clima espacial para asentar una base humana. Este hallazgo plantea una pregunta interesante: ¿se podría ‘cuerpear’ fuera de la Tierra?

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Alejarse del planeta y prescindir de la infinidad de recursos de entretenimiento que ofrece la Tierra podría ser aburridísimo, por lo que tener relaciones íntimas sería una opción a considerar. Lo cierto es que la microgravedad y las condiciones extremas del espacio presentan desafíos únicos para la actividad sexual.

Y es que en un entorno sin gravedad, los fluidos corporales no se comportan como en nuestro planeta. La eyaculación, por ejemplo, no formaría un ‘chorrito’, sino que se disolvería en una nube de pequeñas gotas.

Otro inconveniente es que los cuerpos flotan libremente sin gravedad, lo que dificulta las posiciones tradicionales en el ‘delicioso’.

Ante esto, el urólogo y sexólogo César Merino explica que en ese contexto, la posición más cómoda sería “la de perrito”, pero la pareja tendría que estar agarrada de algo. El misionero también es una buena idea, dice, pero tendrían que usar el techo como cama.

“La viveza criolla es tal que, sosteniéndose de la ventana o de cualquier objeto, se podría tener sexo”, menciona el especialista. Agrega que el desempeño sexual sería normal, debido a que todo depende del estado del corazón.

Y aunque sea complicada esta interacción natural, Merino opina que sería contraproducente prohibir el sexo a los astronautas en una base lunar. El confinamiento, el aislamiento y la escasa interacción humana ya son factores estresantes; así que negarles la intimidad sexual “los podría llevar a la locura”.

A medida que la exploración espacial avanza, es probable que la intimidad en entornos extraterrestres se convierta en un tema cada vez más relevante. Las investigaciones científicas y los avances tecnológicos jugarán un papel crucial en el desarrollo de soluciones para facilitar la actividad sexual en el espacio, siempre con el objetivo de garantizar el bienestar físico y mental de los futuros colonizadores lunares.

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