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Familia
Cuidar las emociones de su familia: el mejor regalo
No obligue a los deudos si no quieren asistir a las reuniones decembrinas. Respete sus decisiones, pero monitoree su estado emocional con llamadas, mensajes de textos y más vías de comunicación
Recordar en Navidad a los seres queridos que han fallecido puede ser doloroso, pero lo es aún más cuando ese familiar murió en tiempo de pandemia.
Sobre todo en pleno pico de contagio (marzo y abril), tiempo en el que los parientes no pudieron despedirse de su ser querido por las restricciones aplicadas y algunos no los enterraron porque sus cuerpos fueron extraviados.
Ante este desconsuelo... ¿vale reunirse a pesar del duelo? Depende del estado de ánimo de los miembros de la familia, dice el psicólogo Jaime Sánchez. Pero si alguien no quiere asistir o participar hay que respetar su voluntad.
“Dele su espacio y tiempo. Puede ayudarlo tratando de que entre en contacto con sus emociones y nombrar las que está sintiendo: confusión, enfado, impotencia, tristeza, ansiedad, culpa, remordimiento, etcétera. También indíquele que no está solo y que nunca van a olvidar ni reemplazar a ese integrante”, expresa el especialista en salud mental, quien señala que hacer esto beneficia al otro, pues se sentirá escuchado y apoyado.
Su colega Geovanna Carrera indica que si los demás miembros quieren pasar en familia pueden hacerlo con las respectivas medidas de bioseguridad (mascarilla, distanciamiento de dos metros, desinfección de manos).
La especialista afirma que es esencial la ayuda psicológica si el individuo se encuentra en un estado depresivo prolongado. De igual manera este debe ser acompañado en el proceso por la familia y los amigos.
Lástima, juicio, presión
Lo peor que puede hacerle a los deudos es invalidar o anular sus emociones; mostrarles lástima o ansiedad; presionarlos al hablar; juzgarlos o imponer creencias propias; confrontarlos en medio de la crisis que están viviendo; comparar el dolor ajeno (no decirle: él también perdió a alguien y lo superó). Tampoco exprese frases como: “el tiempo lo cura todo”, aconseja Sánchez.
Solo recuerde que cada persona es diferente y vive sus procesos de duelo de manera distinta.
EXTRATIPS
- Trate de ver cómo se encuentra emocionalmente quien está de duelo. Entable conversaciones telefónicas previas, por videollamadas, mensajes de textos, etcétera, manteniendo siempre la empatía, asertividad y respeto. Esto permitirá saber al resto de la familia cómo comportarse o qué palabras decir durante la reunión, en caso de que dicho pariente acepte ir.
- Hacer actividades que cuenten como un homenaje a quien ya no los acompaña: Grabar los nombres de toda la familia en las esferas navideñas del árbol, incluso del fallecido, pues es parte del clan, aunque ya no esté. También pueden lanzar un globo de helio, escribir en él lo que quisieran decirle y soltarlo, esto es un acto de aceptación. Un collage de fotos de esta persona ayuda a que sean recuerdos positivos.
- Continúe con las tradiciones que le agradaban al difunto. Por ejemplo, si le gustaban los villancicos, cantarlos. Si lo suyo era orar y dar gracias a Dios todos juntos, hacerlo. Le encantaba hornear galletas, elaborar rompope, prepárelos; etcétera. Con estas actividades es como si el familiar fallecido estuviera presente.
- Escriba cartas. realizarlas es beneficioso para organizar las ideas y pensamientos. Describa las virtudes del difunto y hechos que pocas personas conocían. Asimismo puede narrar lo mucho que influyó en su vida y cómo su ausencia ha hecho que valore su existencia.
- No se olvide de los pelados. Ellos logran adaptarse un poco más rápido que los adultos. Sin embargo, procure que ellos expresen sus pensamientos y sentimientos dibujando, pintando, recortando figuras y pegándolas (collage); esto es muy catártico, así comienzan a liberar emociones.