Exclusivo
Buena Vida

La atleta de china Zhou Yaqin mordió la medalla luego de ver a las italianas hacer lo mismo.Cortesía

¿Por qué los atletas olímpicos mordían sus medallas en París 2024? Historia y significado

Además de expresar un momento glorioso en el podio, esta acción se remonta a épocas pretéritas

Uno de los momentos más emocionantes y esperados en cada edición de los Juegos Olímpicos es el instante en que los tres mejores atletas suben al podio para recibir sus medallas. En París 2024 este ritual ha cautivado a millones de espectadores en todo el mundo. Entre las muchas emociones y gestos que los deportistas muestran en ese instante, uno se ha vuelto icónico: el tradicional mordisco a la medalla.

Lee también: Lisseth Ayoví consigue diploma olímpico en París 2024

Este gesto, repetido una y otra vez, ya sea con una medalla de oro, plata o bronce, se ha convertido en una especie de sello de victoria para los atletas. Pero, ¿alguna vez te has preguntado por qué muerden la presea?

¿Por qué se mordían las monedas?

Aunque esta práctica se ha convertido en una especie de pose para las cámaras, su origen tiene raíces más profundas y significativas. En tiempos antiguos, cuando el comercio se basaba en la autenticidad de las monedas de oro, los mercaderes solían morderlas para asegurarse de que eran genuinas. El oro, al ser un metal blando, dejaba marcas visibles si era verdadero; si la moneda no mostraba marcas, era probable que fuera falsa.

Jugadores de baloncesto de Estados Unidos muerden sus medallas.Cortesía

Las medallas olímpicas modernas, aunque no están hechas de oro puro, sino chapadas, mantienen viva esta antigua tradición. Morder la medalla ha dejado de ser un acto práctico para convertirse en un símbolo de triunfo y emoción.

En París 2024, este gesto no ha perdido vigencia. Sigue siendo una expresión emotiva y poderosa, que conecta a los atletas con su momento de gloria, permitiéndoles compartir su triunfo con el mundo de una manera muy personal.

Historia de la medallas

En la antigua Grecia, la gloria olímpica se reservaba solo para un ganador por evento. No existían medallas de plata o bronce; el premio máximo consistía en una simple corona de olivos. Esta simbólica corona representaba el honor supremo para los atletas, que competían no por premios materiales, sino por el prestigio y la gloria que venían con la victoria. 

[MISSING]binding.image.descriptionCortesía

Con la reanudación de los Juegos Olímpicos en la era moderna en 1896, celebrados en Atenas, la tradición cambió. En estos primeros Juegos, los ganadores recibían medallas de plata, mientras que los segundos lugares se llevaban medallas de bronce. No fue sino hasta 1904 que los ganadores comenzaron a ser premiados con medallas de oro, aunque estas no eran de gran tamaño.

En la época actual, según Olympics.com, las medallas modernas tienen un radio de 46 milímetros y un grosor de 6 milímetros. Aunque las medallas de oro simbolizan el máximo logro, están hechas principalmente de plata y recubiertas con solo 6 gramos de oro.

Para seguir leyendo EXTRA sin restricciones, SUSCRÍBETE AQUÍ