El astronauta alemán Matthias Maurer pasa rápidamente a través de las entrevistas sobre su próximo viaje de seis meses a la Estación Espacial Internacional (ISS). Pero un tema desconcierta momentáneamente incluso a Maurer: el impulso sexual en el espacio.

"No hemos hablado de esto, porque es un entorno profesional", respondió a la pregunta de DW sobre si los astronautas intercambian ideas sobre cómo manejar sus deseos.

Gracias a los vuelos espaciales comerciales, más personas están ingresando al cosmos. El año pasado, SpaceX lanzó cuatro turistas a través de la órbita de la Tierra. Dentro de diez años, la primera tripulación de astronautas probablemente partirá en una misión a Marte que podría durar varios años.

La sexualidad es intrínseca a la naturaleza humana e inevitablemente influye en las misiones espaciales. Pero mientras la ciencia espacial avanza, nuestra comprensión del sexo en el espacio sigue siendo básica.

La NASA, la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de EEUU, Insiste en que ningún humano ha tenido relaciones sexuales en el espacio, y los astronautas gringos evitan el tema. Los pocos experimentos que se han realizado sobre el sexo 'allá arriba' se centraron en animales, no en humanos.

"Necesitamos saber más sobre la sexualidad en el espacio si nos tomamos en serio los vuelos espaciales de larga duración. Es muy posible que la sexualidad sea parte de eso", dijo Paul Root Wolpe, quien pasó 15 años como bioético senior en la NASA. 

El sexo en el espacio sí importa

Abordar la sexualidad en el espacio no solo es importante porque es lo que está en la mente de todos. Cuando DW le preguntó si la sexualidad es parte del entrenamiento de un astronauta, Matthias Maurer respondió: "No, pero tal vez debería serlo".

"Si consideramos la salud sexual como un componente central de la salud, es importante comprender las condiciones en las que estamos poniendo a las personas", dijo Saralyn Mark, ex asesora médica principal de la NASA.

El sexo y la masturbación están relacionados con la salud física y mental, eso no cambia en el espacio.

La eyaculación es esencial para que los hombres eviten el riesgo de acumulación de bacterias en la próstata, y se ha demostrado que los orgasmos alivian el estrés y la ansiedad, además de mejorar la calidad del sueño, lo que probablemente ayude durante una misión espacial de alta presión.

¿En qué se diferencia de aquí en la Tierra?

Según el portal DW, los astronautas han asumido que el sexo en el espacio es una realidad. Pero, ¿en qué se diferencia del nuestro en la Tierra? En el deseo sexual, apuntaron.

La información disponible indica que estar en el espacio conduce a una reducción de la libido, al menos al principio. Esto se debe a que la microgravedad, la ingravidez que experimentan los astronautas en el espacio, provoca cambios hormonales, como la disminución de los estrógenos. Los niveles bajos de estrógeno se han relacionado con una disminución del deseo sexual. 

Una 'ayudita' con velcro y delfines

Además, los astronautas consultados por el medio señalaron que una cosa es cierta: el sexo en el espacio es un esfuerzo mucho más agotador que aquí en la Tierra.

"En gravedad cero, la tercera ley de Newton, que establece que para cada acción hay una reacción igual y opuesta, hace que empujarse unos contra otros sea un verdadero desafío", refirió Maurer.

"No nos damos cuenta de cuánto nos ayuda la gravedad en el acto sexual", agregó Wolpe. "El sexo implica presión. En el espacio, sin ninguna contrafuerza, terminas constantemente alejando a tu pareja de ti".

En una entrevista con la emisora pública alemana NDR, Walter sugirió que los astronautas podrían adoptar un método empleado por los delfines en el océano, donde un tercero mantiene unidos a los otros dos para evitar que se desvíen.

Wolpe tiene otra idea: "Todo lo que hay en las paredes de la estación espacial está cubierto con velcro, por lo que podrías aprovecharlo pegando con velcro a un compañero a la pared. Tienes que ser creativo en este espacio".