Adrián estaba conduciendo durante la noche por el suburbio de Guayaquil cuando cayó en un ‘cráter’ enorme, el carro sufrió un fuerte cimbrón y luego de esto empezó a comportarse extraño: rebotaba excesivamente en cada desnivel de la calle y se bamboleaba de un lado a otro.

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Al día siguiente, cuando llevó su vehículo al mecánico, este escuchó el relato del golpe y rápidamente detectó el problema: el amortiguador delantero derecho estaba ‘reventado’ y había que cambiar el juego (de dos) completo. Luego de una hora de trabajo en un taller especializado, el carro de Adrián estaba listo para rodar ‘suavecito’ de nuevo.

Entre los síntomas más comunes de amortiguadores que ya cumplieron su tiempo de utilidad o que se averían están: bajada de la parte delantera del automóvil durante las frenadas y de la parte posterior cuando se arranca; rebotes excesivos, balanceo del carro de un lado a otro, especialmente durante los virajes; desgaste irregular de las llantas y excesiva rigidez al atravesar baches.

El ingeniero automotriz Juan Francisco Murillo, jefe de servicio en el tecnicentro la Casa del Amortiguador, explica que hay condiciones que reducen la vida útil de estas piezas, como son la conducción en caminos lastrados en un vehículo que no está diseñado para ese tipo de vías, o modificaciones como cambios en las dimensiones de las llantas y aro.

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“Por eso cada 10.000 kilómetros se recomienda hacer alineación, balanceo y rotación de los neumáticos y ahí aprovechar para revisar la suspensión. En caminos óptimos, sin baches ni huecos, los amortiguadores sin problemas duran unos 60.000 kilómetros, que el tiempo de uso se estima en dos años”, explica sobre el intervalo entre cada cambio.

Añade que no solo se debe revisar que los amortiguadores estén en buen estado, sino también la resistencia de los espirales helicoidales (resortes). 

“La gente suele pensar que esta pieza no se cambia, pero se equivoca, pues se recomienda reemplazarlos cada dos cambios de amortiguadores, porque con el tiempo pierden resistencia y pueden llegar a romperse mientras se conduce, lo que puede resultar en un accidente de tránsito”, alerta.

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