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Buena Vida
¡Alerta! Tu pareja tiene celos enfermizos
No, el que cela no ama. Te hará la vida imposible. Este problema puede llevar a cosas peores
“No cela el que no ama” es la frase que constantemente se escucha entre las parejas. Hay quienes aceptan que sus compañeros-as los celen por cualquier motivo e incluso permiten que les revise sus celulares, porque catalogan esa reacción como una verdadera ‘muestra de amor’.
Lo que tal vez no sepan es que detrás de esa inocente acción se esconden el miedo, la inseguridad y la desconfianza de alguien con las características de un celoso enfermizo.
Con el pasar del tiempo las personas que padecen esta condición sobrepasan límites y causan mucho daño a la relación, al punto de llegar a la separación o a situaciones peores. Los celos siempre están, aunque sea de forma inconsciente.
Cuanto menos conocido son por quienes los padecen, más fuerza manifiestan en su nivel inconsciente. Según la explicación de la psicóloga Katiuska Delgado, existen tres niveles de celos, desde los ‘normales’ o ‘naturales’, producto de sentir que uno cela lo que ama hasta los enfermizos que pueden llegar a ser incluso delirantes.
“El segundo y tercer nivel requiere tratamiento psicológico para librarse de ellos y conocer el porqué de esos celos que pueden llegar a ser un peligro para la pareja o incluso para la persona que los padece”, comenta la psicóloga.
Consecuencias
Las consecuencias pueden ser devastadoras para las personas que padecen celos obsesivos y sus parejas. Algunos casos terminan en violencia familiar, perjudican la situación laboral y económica del hogar y pueden culminar en homicidio, suicidio de la mujer o del varón, e incluso de los hijos de la pareja.
La persona con celos enfermizos tiene pensamientos negativos y suposiciones sobre su pareja, que están fuera de la realidad, básicamente son delirios mentales. Piensan que no son lo suficiente para su pareja y que en algún momento u otro los va a abandonar ‘por alguien mejor’.
Delgado explica, además, que los celos producen mucha angustia y sufrimiento, por lo que a nivel personal el sujeto que los padece puede presentar síntomas de ansiedad, depresión, irritabilidad, ataques de ira, sensación de pérdida de control de la relación, sentimientos de excesiva culpa, baja autoestima, la persona se ubica en una posición de objeto de desecho.
“La consecuencia para la otra persona (víctima) es que puede sentir miedo y llegar hasta el pánico, distancia emocional, frustración, rechazo y culpabilidad”, comenta la experta.
Terapia y ayuda
Lo principal es que quien padece celos obsesivos reconozca que algo no anda bien. Delgado explica que en lugar de ayudar a ese alguien a dejar de ser celoso, lo primero es apoyarlo para que reconstruya vínculos, recodarle quién es, porque con el tiempo nos vamos perdiendo en los otros y olvidamos quiénes somos. “Es fundamental recurrir a terapia.
Decir lo que nos atormenta va a servir para enfrentar lo que realmente nos está generando malestar. La abstinencia en la vía del amor ayudará a rehacer lazos internos para luego retomarlos con los otros. La relación con nosotros mismos es lo primero que debemos recuperar, recordemos que solo damos lo que tenemos y si estamos lastimados solo vamos a dañar a los demás y, por ende, a nosotros”, dice.
- Mucho ojo
- Estas alertas pueden variar de sujeto a sujeto dependiendo de su estructura psicológica y entorno social. Aquí varias señales de que los celos pasaron los límites.
- Quiere que su pareja sea solo para él o ella. No soporta que tenga vínculos afectivos con amigos, familia, inclusive ni con niños o animales.
- No desea que visite a sus familiares sin él, de lo contrario llamará y enviará mensajes a esos parientes para constatar que su compañero-a se encuentre en el lugar.
- Sospecha siempre de su pareja, arma un verdadero interrogatorio cuando vuelve de una fiesta o reunión.
- Depende emocionalmente al extremo de su pareja, no logra realizar actividades sin su presencia; es querer al otro solo y únicamente para sí mismo.
- Quiere tener el control absoluto de todo, de su vestuario, forma de ser y actuar. Si sale, le pregunta dónde y con quién se encontrará; es controlador hasta el punto de dar miedo.
- Revisa y hackea los dispositivos tecnológicos de su pareja, a tal nivel que se torna persecutorio.
- Rastrea a la pareja, a tal punto de exigir ubicación en tiempo real, fotos, videos a cada rato. Además de realizar videollamadas para asegurarse y verificar que le está diciendo la verdad.
- Critica, humilla, regaña y desvaloriza constantemente a su pareja.
- Suele tener una actitud grosera y prepotente.
- Ridiculiza a su pareja frente a otras personas.