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Buena Vida
Abraham Cheing, ¡el ‘magistrado’ de la música!
Le plantó cara a una sentencia de la vida luego de que, en 2016, le detectaran esclerosis sistémica difusa, una enfermedad degenerativa. Entonces dio paso al sueño que lo carcomía de joven: cantar.
Su despacho, el que tiene en casa, no parece la de un típico juez. No tiene libros comprimidos en grandes repisas, tinteros ni títulos pegados como estampillas en las paredes. Es que él no es un juez habitual... Entrar a la oficina de Abraham Cheing es romper conceptos generalizados sobre los magistrados de la justicia.
El resto de adornos son pequeñas figuras de personajes épicos del rock como Freddie Mercury; de cuadros de canciones de grandes artistas románticos con John Lennon; guitarras de diferentes colores y estilos; un piano pequeño y hasta una camiseta autografiada de Barcelona. En fin, todo lo que le apasiona está allí.
En ese espacio, dentro de su casa en Samborondón, es donde este guayaquileño se ha inspirado para escribir varias canciones y grabar dos. Pero no siempre fue cantante y productor de música. En realidad, de los 46 años de edad que tiene Abraham, 26 se los han entregado a su carrera de abogacía. De abogado pasó a ser fiscal y luego juez de tribunal penal, que ha sentenciado a criminales con hasta 35 años de prisión.
Su otro yo
Lo de la música, si bien lo practicaba desde muy pequeño, ahondó en ella desde año 2016, cuando decidió hacer realidad el sueño de mostrarse como artista.
Lo hizo tras recibir la noticia más impactante de su vida. “Me había hecho los exámenes y cuando llegaron los resultados estaba en un resort con mi familia, entonces mi mamá me llamó llorando y me da la noticia, supe que tenía esclerosis sistémica difusa, una enfermedad rarísima y degenerativa, que afecta más a los pulmones, de la que jamás había escuchado. Luego abracé a mi familia y entendí que la vida se me iba como agua entre los dedos”, cuenta.
Su manera de pensar y de ver la vida dio un giro de 180 grados. “Ya había escrito canciones que guardaba en papeles en mi casa. Pero luego mi hijo de 10 años, el menor, me propuso que tocara con mis amigos en su fiesta de cumpleaños, entonces así fue, tocamos canciones de The Beatles, Led Zeppelin, Soda Stereo, eso fue mucho antes de la pandemia. Subí un video de esa presentación a mis redes y me empezaron a escribir si podía tocar en otros cumpleaños y eso me fue entusiasmando más”, detalla con una sonrisa.
Hoy, el retomar este sueño de cantar, encapsulado en él por mucho tiempo, ha fortalecido su sensibilidad y le ha dado más vida. Un nuevo impulso de vida.
Canciones
Su primer disco 'Lo que significa el amor', colgado en YouTube, tiene más de 3.694 visualizaciones. Ese video también fue improvisado. Su hijo mayor grabó varias escenas en un viaje al exterior que hicieron en familia y que luego complementaron con una producción en la que le ayudaron varios amigos.
Pero él no es un cantante improvisado. En los años noventa, en ese dulce sueño de componer música, estudió en el conservatorio de música de Guayaquil y siempre ha convivido de cerca con este arte. Su madre toca las castañuelas, sus hermanas tocan piano y violín (profesionalmente) y las reuniones familiares siempre fueron con melodías e instrumentos.
Su último sencillo, 'Te perdí', lo lanzó en noviembre del 2020 y también se trata de una historia de amor. Ahora prepara una canción que llama a la reflexión luego de haber sufrido, como sociedad, las estragos de la pandemia del coronavirus.