Un cuento de nunca acabar. La minería ilegal en el cantón Zaruma, en la provincia de El Oro, ha dejado más de una herida en su casco urbano a lo largo de los años. La última y más evidente es el socavón registrado el 15 de diciembre de 2021 a las 19:14, que causó el colapso de varias edificaciones y obligó a evacuar a unos 300 moradores del sector.

Un año después de este hecho, la minería ilegal, según sus habitantes, sigue explotando las entrañas de oro del cantón. Lo más preocupante es que las autoridades que tienen la tarea de detener esa actividad ilícita y remediar lo que esta destruye a su paso, reconocen que es una problemática muy complicada que no han podido resolver.

Según Mario Benavides Rojas, coordinador zonal 7 del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos, esto se debe a que mientras haya mineral susceptible de explotar, existirá la amenaza de esta problemática que, reconoce desde su experticia, se va agravando y transformando “en una bola de nieve que le tocó al Gobierno afrontar y hacer lo que otros tuvieron que hacer (desde hace) muchos años”.

Una amenaza que, para los habitantes de la calle Gonzalo Pizarro, en Zaruma, es un hecho que “aúlla todos los días a viva voz” en la zona urbana del cantón. “Hace tres semanas, las detonaciones no dejaban dormir a los vecinos de la Gonzalo Pizarro. ¿Y las autoridades? Haciéndose los sordos, porque no creo que no escuchen”, denuncia José Victoriano Ochoa, presidente del Comité Comunitario de Gestión de Riesgos, en Zaruma.

El “aullido” del que habla José Victoriano ha llegado a oídos de la Coordinación Zonal de Riesgos, según Benavides. Sin embargo, a decir de él, es una problemática que no se puede resolver en poco tiempo.

“En la actualidad, la población en Zaruma dice que escucha detonaciones en el casco urbano. Bueno, no podemos superar en un año una actividad que lleva 500 años en el cantón. Es un tema muy difícil, por cuanto no son solo obreros y sableros de aquí, sino personas que llegan de otras partes y países”.

El socavón de diciembre de 2021, cuenta Elva Román, de 76 años, no solo desplomó casas patrimoniales. También, asegura, le quitó a su compañero de vida. “Era la hora de la cena y, de repente, un estruendo salía del suelo. Escuchaba los gritos de los vecinos, pero no lograba entender qué pasaba. Todo se estremecía. Corrimos hasta la puerta con mi esposo y, cuando íbamos a salir, la calle se desplomó y se abrió un agujero enorme. Mi casa quedó al pie del abismo”, cuenta Elva, con lágrimas al recordar aquel hecho que, según ella, “mató a mi esposo de la pena” casi un mes después de que fueron evacuados de su vivienda por lo peligroso de la zona.

“Todos los días me decía que él solamente quería regresar a su casa, pero no pudo porque de la depresión cayó enfermo y se murió”.

Lo que más “rabia” le da a Elva es que “nada de lo que sufrieron” los habitantes de la calle 10 de Agosto, en diciembre de 2021, sirvió para que se evidencie lo importante que era y es “pararle la mano” a la minería ilegal en el cantón.

Para el alcalde Jhansy López, este problema es una constante que se ha convertido, más allá de un acto ilegal, en un problema social que debe tener “un control real” que permita ver los avances contra esa actividad.

De no controlarse, diagnostica López, “pasará como en años anteriores, cuando después de un hundimiento se actuó inmediatamente durante tres meses, pero luego se dejó y regresó el sector minero ilegal y pasó lo que ya vimos, un nuevo hundimiento”.

"Cerramos y ellos abren por otro lado para entrar"

Las detenciones de sableros son la muestra de que la minería ilegal no ha parado, ni durante los trabajos de remodelación que ejecuta desde hace un año el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en el subsuelo del cantón, con la asistencia técnica del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales no Renovables (ARCERNR). Los aprehende por estar extrayendo el material minero de manera ilícita y también por portar armas de fuego.

“Esto es como el juego del gato y el ratón. Cerramos por aquí (una bocamina) y ellos abren por otro (lado) para entrar”, explica Juan Berru, coordinador general de ARCERNR. Y añade que, pese a los trabajos de monitoreo, control y fiscalización, el accionar de la minería ilegal “se nos sale de las manos” porque “la gente ve ahí un negocio y no quiere parar. Son necios”.

70 metros de roca sostienen la ciudad

Diego Velazco,  geólogo y miembro del cuerpo de ingenieros del Ejército, ente encargado de ejecutar los trabajos de remediación del subsuelo de Zaruma, expone su punto de vista de lo que deberían hacer la autoridades para frenar a la minería ilegal.

Las autoridades dicen que es difícil erradicar la minería ilegal de Zaruma. ¿Esto es cierto?

Ya llevan un año aquí, no hay excusas. Están capacitados. ¿Qué necesitan? Si la evidencia está ahí y el peligro aquí. Falta mano dura, una orden de arriba que disponga un verdadero control, y quien no cumpla (que sea) destituido.

Entonces, ¿qué han hecho las autoridades de control durante este período de intervención?

Ellos dicen que han hecho controles, pero que no pueden hacerlos públicos. Pero nosotros, que estamos ahí permanentemente y entramos todos los días, no hemos visto los resultados de esos operativos que demuestren que ha bajado la minería ilegal. Mentira, se ha incrementado. Han afectado, incluso, hasta los trabajos de remediación porque nos han hasta robado.

¿Qué haría usted?

Yo me la jugaría, buscaría la forma de que los grupos militares hagan los operativos nocturnos, y que las personas que sean detenidas en los operativos sean investigadas de verdad. Porque hay alguien detrás de ellos que los financia.

¿Habrá más socavones?

En cualquier momento pueden producirse nuevos hundimientos por filtración de agua y porque continúa la minería ilegal en esa zona afectada.

¿Cómo está el subsuelo?

En este momento, Zaruma solo tiene 70 metros de roca sana y sin tocar que sostienen y le dan estabilidad a esta ciudad. Porque debajo de esos 70 metros hay enormes galerías, a la altura de las calles Gonzalo Pizarro, 9 de Octubre y otras.