“Ya no siento nada por él”. “Mis sentimientos han cambiado por ella/él”, ese tipo de frases suelen emplear algunas parejas antes de divorciarse, pero antes de tomar esta decisión es importante estar seguros y preparar a tus hijos, en caso de tenerlos.

¿Cuándo disolver la unión? Samuel Merlano, psicólogo clínico, coach, orientador familiar y de parejas, sugiere que cuando entre los convivientes se den múltiples conflictos (psicológico, emocional, físico, social), que generan falta de respeto, desaprobación, burla; la acumulación de esas situaciones impide la sana convivencia.

Por eso es esencial anticiparle a su descendencia la resolución de separarse. Y la reacción de ellos dependerá de la edad, personalidad y circunstancias del proceso de divorcio, expresa la psicóloga clínica y terapeuta familiar y de parejas, Lizbeth Lascano.

La peor edad

“Hay sorpresa, tristeza, frustración, enojo o preocupación, pero algunos pueden mostrar tolerancia. Quizá la peor edad para afrontar la situación es de 5 a 12 años. En ese período los niños son dependientes de sus padres y un cambio en la dinámica familiar será un desestabilizador para su vida. En el adolescente, su foco central se desplaza a los amigos, siendo más fácil que sobrelleve el duelo. Incluso puede intentar mediar, pero también volverse rebelde, con tendencia a adicciones”, indica Lascano.

Su colega considera que los hijos únicos también se impactarían mucho con la noticia. Pero hay que estar ‘pilas’ con los hijos que se niegan a expresar sus sentimientos, ‘amagando’ que están bien. “El duelo puede ser más doloroso”, señala Merlano.

Sienten la traición

“Cuando un adolescente se entera de una infidelidad, no está descubriendo que engañaste a su madre o padre, sino a toda la familia. Ellos también se sienten traicionados”, sostiene Lascano.

“Es fundamental que los padres pidan perdón a los hijos, esto trae un efecto sanador”, concluye Merlano. 

Los bebés también se manifiestan

Un divorcio no afecta de la misma manera a un bebé que a un niño o a un adolescente, dice Lascano. “En los primeros, probablemente perciban la situación, pero no la padecen tanto. El bebé está más centrado en mamá y quizá no extrañe tanto a papá. Pero si la madre está triste y angustiada, justamente por esa simbiosis el bebé evidenciará los mismos estados de ánimo”, manifiesta la experta.

EXTRAtips

1. Reúne a tus hijos para contarle. Lo primero, que entiendan que no son culpables de la separación. Si estás decidido, no alimentes falsas esperanzas. En el diálogo exprésale cuánto los amas. Se tiene expareja, pero no exhijos, esa relación no se rompe. Que tus chicos no se enteren por otros, eso es más traumático para ellos, les afectaría en sus procesos emocionales, educativos y familiares. Deja que hagan preguntas.

2. No hables mal del otro y llévate bien con tu ex. No te nace, hazlo por tus vástagos. Y no los pongas en su contra, ni los uses como mensajeros. Tampoco trates de competir con tu ex por su cariño, llenándolos de regalos o dejándoles hacer lo que quieran.

3. La ayuda de un psicólogo es efectiva. Procura que sea un terapeuta con experiencia en divorcios. Él puede brindarte orientación sobre cómo manejar situaciones difíciles. Los niños son más libres de expresarle al experto los sentimientos que creen que lastimarán a sus padres.

4. Antes de que el progenitor se mude, avísale. Dile qué día se va, que visiten su segunda casa y conozcan el sitio donde dormirán, y que lleven algunas de sus posesiones (juguetes, ropa, etc.).

5. Lleguen a acuerdos en la organización. Que uno lo deje en la escuela y el otro lo retire; unos días pasa con papá y otros con mamá, así se irán adaptando a la nueva realidad.