Diego Ortiz y sus parientes acudieron donde algunos videntes para preguntarles si Luis Alejandro Ortiz Imbaquingo sigue con vida.

Los adivinos prendieron velas, hicieron un pequeño ritual y les dijeron a los familiares del taxista informal que este estaría agonizando y sufriendo en algún tramo del río Guayllabamba, al norte de Quito.

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El conductor, de 35 años, fue víctima de tres delincuentes, quienes le robaron el vehículo, la noche del pasado 3 de agosto. No conformes con eso, lo golpearon y lo llevaron hasta el puente de ingreso a Perucho desde donde lo arrojaron hacia el afluente. Hasta el cierre de esta edición, el cuerpo no ha sido encontrado.

Tres sospechosos, entre ellos dos menores de edad, fueron detenidos por el hecho y son investigados por la Fiscalía por el delito de desaparición involuntaria. Uno de los detenidos confesó cómo habrían cometido el crimen.

La mañana del 7 de agosto, Diego Ortiz y sus allegados volvieron al lugar desde donde empujaron a su hermano hacia la quebrada. Señaló una piedra en la que todavía había rastros de sangre y, según él, su ñaño puso resistencia. “Parece que los delincuentes lo arrastraron y luego lo botaron. Era tranquilo, pero tampoco se dejaba pegar de nadie”.

Era el segundo día consecutivo en el que los familiares de la víctima fueron a rastrear el cuerpo. El primero fueron cerca de 30 personas con sogas y machetes para la búsqueda.

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Bajaron por las laderas cerca del puente y llegaron hasta una orilla, pero no encontraron nada. Seis kilómetros más al norte pidieron permiso al dueño de una finca para que les dejara pasar y pudieran buscar por la zona, pero tampoco tuvieron buenos resultados.

Sin embargo, les faltó una hacienda que estaba a dos kilómetros de la estructura metálica. Hasta allá fueron este 7 de agosto junto con uniformados de la Policía Nacional y del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano. Tampoco encontraron el cuerpo de Luis Alejandro.

La Policía pudo ubicar a uno de los sospechosos porque este habría hecho una transferencia bancaria desde el teléfono de la víctima a su cuenta de ahorros.

Diego señaló que pudo acceder al correo electrónico de su hermano, en el que encontró el comprobante de la transacción en la bandeja de mensajes eliminados. Luego de que capturaron al presunto delincuente, este delató a sus compinches, quienes también fueron detenidos.

La policía continúa buscando a un cuarto sospechoso, quien sería menor de edad y estaría con el vehículo de la víctima. La madrugada del 7 de agosto hicieron varios allanamientos en el sur de la ciudad para intentar hallarlo.

Extraoficialmente, se conoce que los investigados y el fugitivo serían parte de una estructura criminal que se dedica al robo, secuestro y venta de droga en la capital. Esta banda estaría relacionada con un grupo de delincuencia organizada.

Uno de los detenidos confesó a los agentes policiales que su intención solo era robar el vehículo de Luis Alejandro, pero ‘se les pasó la mano’.

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