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La dura realidad de quienes habitan en Nueva Prosperina: esto deben pagar para sobrevivir
los que están al día, las bandas criminales les ponen una pegatina que dice ‘casa vigilada’, o una carita. Ciudadanos normalizan las extorsiones
En el distrito Nueva Prosperina la ‘seguridad’ tiene un valor económico, el mínimo: $ 1. Antonio tiene 30 años y desde que era niño ha residido en el bloque 1 de la Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil. Este sector y otras cooperativas como Monte Sinaí, Flor de Bastión, Socio Vivienda, El Fortín, forman parte de la mencionada jurisdicción de la Zona 8.
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La tranquilidad con la que crecieron Antonio y sus tres hermanos, la delincuencia se las arrebató hace dos años, cuando se intensificaron los asesinatos, robos y las ‘vacunas’, delito que en la actualidad azota a casi el 100 % de la población de esta zona porteña.
“Cada organización criminal tiene su territorio. No pueden meterse a un barrio ajeno. La diferencia es que Los Tiguerones no piden una cuota fija, sino que depende de la casa y el tipo de negocio. Los Choneros piden un dólar semanal a todas las casas, y a las que pagan y están al día les ponen un adhesivo que es un mensaje de que no nos va a pasar nada, porque estamos siendo ‘cuidados’ por estas bandas”, explicó.
Confesó que por el temor que generan estas agrupaciones delictivas, por la forma violenta en que operan, los habitantes se ven obligados a pagar todos los sábados la ‘vacuna’, o a dar la cuota para poder vivir con tranquilidad, ya que de alguna forma estos delincuentes los ‘protegen’ y evitan que les roben o atenten en contra de su vida.
El tema de la extorsión se ha normalizado tanto en este sector de la ciudad que los habitantes prefieren pagar que vivir con temor o ser víctimas de un acto violento en contra de ellos o de sus familiares. Así lo revela Sandra, otra habitante de esta zona de Guayaquil.
La señora, de 43 años, reside en Paraíso de la Flor y tiene un negocio de víveres. Ella paga 20 dólares semanales por su casa y por su local.
“La gente ya no llama a la Policía, ni denuncia, porque estos delincuentes tienen contactos y ‘ojos’ en todas partes. Es más peligroso, es mejor pagar y estar en paz con estas bandas. A mí me cobran un poco más porque tengo un local, a mis vecinos también les cobran aunque no tenga negocio. Trabajamos para estas bandas”, lamentó la señora.
Tanto el sector donde reside Sandra como El Fortín y la cooperativa Nueva Prosperina son ‘vacunados’ por Los Tiguerones. Los Choneros ‘camellan’ en Monte Sinaí, Flor de Bastión y la cooperativa Nuevo Guayaquil.
Otro morador, quien solicitó la reserva de su identidad, contó el miedo que vivieron sus vecinos cuando sujetos armados se metieron a la casa de un amigo y se le llevaron todo lo que había adentro de la vivienda y billar.
“Le pedían 3.000 dólares como cuota inicial. El señor no tenía cómo pagarles y junto a su familia optaron por abandonar su hogar. Días después llegaron estos sujetos y se le llevaron hasta las mesas de billar, lo dejaron sin nada. Al dueño de una despensa, en cambio, le pedían $ 50 semanales y mil de entrada. Como no pagó, lo secuestraron. Ya le habían baleado la casa”.
Contó que quienes trabajan como tricimoteros también deben pagar ‘vacuna’, pero a ellos les dan un número de cuenta bancaria para que depositen 10 dólares semanales.
En una rueda de prensa hace cuatro días, el general Víctor Herrera, comandante de la Zona 8, informó que durante el 2023 la Policía ha recibido 5.786 denuncias por extorsión. El 37 %, por ‘vacunas’. (AEB)
Les dejan una carita feliz
Una fuente policial confirmó a este Diario la realidad que viven los habitantes del noroeste porteño. Aseveró que de acuerdo con los datos recabados, al menos el 70 % de la población de esta zona es víctima de extorsionadores, y que una de las bandas pega un adhesivo con una carita feliz en las casas y locales que pagan la ‘vacuna’.
“Los asesinatos han parado por el pacto que hicieron Tiguerones y Choneros. Ahora ‘vacunar’ les resulta más rentable que vender droga”, manifestó la fuente.
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