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El trágico final de un hombre que se negó a trabajar para una organización criminal
Durante el ataque criminal otras cuatro personas fueron baleadas, dos fallecieron
El venezolano José Gregorio Benavides López, de 27 años, estuvo en el lugar y momento equivocados. La madrugada de ayer, cuando se acercó a comprar cervezas en un local ubicado en las calles Gabriel Roldós e Isidro Ayora, norte de Guayaquil, fue alcanzado por una bala que acabó con su vida.
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Benavides no fue la única víctima colateral de este hecho, en el tiroteo, también murió Zoila María Maruri Franco, de 43 años, tras varios recibir impactos de bala.
Según una fuente policial, el objetivo del ataque era Sergio Joel Bernabé Mosquera, quien se encontraba bajo amenaza de la agrupación criminal Chone Killers. Tras el suceso, que dejó a otras dos mujeres heridas, Bernabé fue secuestrado por los atacantes y posteriormente hallado sin vida dentro de un vehículo gris, en las calles Guaranda y Ayacucho, en el centro de la ciudad.
“Bernabé, cuando estuvo privado de libertad, se había encontrado recluido en el pabellón liderado por Chone Killers, y al negarse a continuar con ellos comenzaron a amenazarlo. El venezolano fue una víctima colateral; había llegado a comprar licor, y las otras mujeres baleadas acompañaban al secuestrado”, indicó un investigador de la Policía.
La hermana de José Gregorio acudió la mañana de ayer al Laboratorio de Criminalística para recoger el cuerpo de su hermano. Entre lágrimas, la joven comentó que llegó a Ecuador hace seis años y que un año después su hermano se unió a ella. “Mi hermano solo se dedicaba a trabajar, no tenía problemas con nadie. Él fue una víctima inocente”, aseguró con tristeza.
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