Lo último que Vanessa (nombre protegido) recuerda es que se subió a un taxi amarillo y que le solicitó al conductor que la trasladara hasta su casa en el sur de Guayaquil. Cinco horas después despertó en un basurero, con su ropa rasgada y laceraciones en sus partes íntimas. No podía asimilarlo, pero un examen médico le comprobó lo que temía: había sido violada.

Pero historias como la de Vanessa, de 19 años, no son ajenas para el fiscal Wilson Álvarez, quien labora en la Unidad de Flagrancia en Violencia de Género, ubicada en el Complejo Judicial Florida.

El funcionario explica que lamentablemente este tipo de casos se han vuelto repetitivos y que en un mes se recibe un aproximado de 300 denuncias de personas que han sido víctimas de robo y violación y en las que los agresores han sido taxistas.

“Lo que más llama la atención es que son taxis amarillos los que están cometiendo estos delitos. Al parecer, operan bandas que se dedican a abordar chicas, las movilizan y luego se detienen en un punto de la ciudad, otros hombres se suben y entre todos las violan. Cometen el delito incluso con el vehículo en movimiento”, sostiene Álvarez.

Expresa que los lugares donde suelen estacionarse estos delincuentes son centros comerciales, malecones, universidades o en la terminal terrestre de Guayaquil y que no tienen un día u hora en especial para cometer sus fechorías.

“Las trasladan a lugares apartados. Especialmente la vía Perimetral, vía a la Costa, avenida Narcisa de Jesús. Hace pocos días una chica se acercó llorando para denunciar que la habían violado. La joven abordó un taxi en la terminal, de un momento a otro comenzó a sentir sueño y cuando despertó estaba en un botadero de basura. Días antes llegó una pareja, al hombre lo maniataron y lo obligaron a observar como violaban a su pareja. También les robaron sus pertenencias. Estaban armados”, revela el operador de justicia.

Sostiene que en muchos de los casos operan más de tres hombres, incluido el conductor del vehículo, y que la Fiscalía cuenta con una entidad de la Policía que ayuda a investigar este tipo de delitos sexuales.

Recomendaciones

No viajar sola, tomar foto de la placa del vehículo o mantenerse en contacto con una persona cercana mientras se moviliza, son tres de las recomendaciones que podrían evitar que una mujer sea víctima de la delincuencia, afirma el fiscal Álvarez.

El coronel Fausto Íñiguez, comandante subrogante de la Zona 8, indica que para evitar el peligro es importante que las personas viajen acompañadas o de ser posible utilizar el transporte público. “Pueden ir conversando por teléfono con un familiar. Si se sienten amenazados inmediatamente comunicarse al 911”.