¿Quién dice que un tatuaje no es un regalo ‘pepa’ para Navidad? Hay personas que van más allá en estas fiestas y se graban recuerdos en su piel. Así lo asegura el tatuador Carlos Gil, quien tiene un estudio en el sector de La Carolina, en el norte de Quito.

El artista comenta que los clientes que suelen acudir a su negocio en las fechas navideñas y de Fin de Año son personas que llegan de otros países para pasar con sus parientes. “Generalmente, son chicos que estudian en el extranjero”.

Según Carlos Calaca, como es conocido en la industria del tatuaje, estas personas se marcan en la piel frases u objetos conmemorativos que los “mantengan juntos” pese a la distancia.

El último tatuaje que hizo con esta temática fue a un grupo de cinco primos que estudian y trabajan en el exterior. Llegaron de Estados Unidos, Argentina y España para marcarse la piel con algún diseño que los identificara a todos. Tras pensar en un alimento que les gustara a los cinco, decidieron tatuarse una empanada de viento.

(Te puede interesar: El lado oscuro de la Navidad: rituales satánicos y sacrificios ocultos)

Carlos también ha tatuado figuras representativas de estas fechas. El año pasado, un cliente llegó con la foto de un muñeco de cascanueces. Este le pertenecía a su abuela, quien solía coleccionarlos en Navidad. Después de que ella falleció, quiso marcarse uno de esos en la piel. “Hice una ilustración del muñeco y salió el tatuaje”, recuerda.

¿Esta Navidad tuvieron clientes los tatuadores?

El tatuador Diego Granja, mejor conocido como Diex, comenta que en las fiestas navideñas sus clientes suelen marcarse la piel con los rostros de sus mascotas. Además, aprovechan para tatuarse frases motivacionales para recibir el Año Nuevo. Otros prefieren marcarse palabras que representen algo religioso, como “fe” o “Dios”.

El artista dice que pocas veces ha diseñado alguna figura representativa de la Navidad. “En una ocasión hice un Grinch (personaje de ficción), pero de ahí nada más”.

(También puedes leer: El amor incondicional de una madre que cuida a su hijo con daño cerebral en Quito)

Diego también asegura que este año ha tenido menor clientela en comparación con otros. Considera que la crisis económica ha golpeado al país y que los tatuajes no han sido prioridad para algunos.

Tatuajes a cambio de juguetes

Una fundación hizo un trueque con los amantes de la tinta en la capital. Su propuesta consistió en pedir a las personas que llevaran juguetes valorados en 25 dólares o más, con el fin de regalarlos a los niños más necesitados. 

A cambio de este gesto, los artistas ofrecían un tatuaje de cinco centímetros, que podía ser una letra, un número o una frase corta. Los juguetes fueron donados a 21 orfanatos de todo el país. Esta iniciativa se ha llevado a cabo durante tres años.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!