El río que separa las paredes posteriores del complejo carcelario ubicado en la vía a Daule, de las casas situadas en los alrededores de esta zona, habría sido la ruta de escape que utilizó José Adolfo Macías Villamar, presunto cabecilla de la organización terrorista Los Choneros, según una fuente policial.

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Un equipo de EXTRA realizó un recorrido para conocer los límites que separan la cárcel, donde el pasado 7 de enero se descubriera la desaparición de alias Fito, desde el pabellón de Máxima Seguridad del Centro de Privación de Libertad Zonal 8, del afluente que se conecta con recintos de tres cantones: Guayaquil, Daule y Nobol.

Se pudo constatar que las paredes no tienen más de tres metros de alto y que cuentan con cercos eléctricos que, en su mayoría, no funcionan, por lo que es fácil que los reclusos puedan escapar escalando los muros.

De acuerdo a datos proporcionados por el investigador, Macías Villamar habría fugado entre la noche del sábado 6 de enero y la madrugada del domingo 7, que es posible que haya caminado hasta una de las paredes de la prisión que colinda con la cooperativa La Germania, y que allí lo pudieron haber estado esperado sus compinches, para en lanchas huir por el río Daule.

Ciudadanos que residen en zonas aledañas a la prisión creen que la fuga del cabecilla de Los Choneros pudo haber sido por el río, ya que durante las noches se escucha el ruido de los motores de las embarcaciones, que muchas veces no pertenecen a las personas del sector.

“Ya en el 2013 se fugaron 18 reos de la cárcel de máxima seguridad La Roca, luego de trepar paredes caminaron hasta el río, huyeron en una lancha; seguramente, Fito volvió a hacer lo mismo, ya conocía la ruta”, afirmó una lugareña, quien reside en el recinto Safando, ubicado en el kilómetro 22 de la vía a Daule.

Quienes habitan en el sector de La Germania, aledaña a este complejo penitenciario, afirman que la presencia de militares y policías les ha devuelto la tranquilidad, de la que no disfrutaban desde hace años, pues con frecuencia escuchaban disparos y explosiones que provenían del interior de las cárceles.

Los miembros de las Fuerzas Armadas no solo están dentro y en los exteriores del recinto penitenciario, también en los alrededores de este populoso sector del norte de Guayaquil, cuyas calles aún son de tierra y que colinda con los patios del complejo carcelario más grande del país y en donde han ocurrido más masacres de reos.

“Ya podemos dormir con tranquilidad. Antes solo era el ‘boom’ de las balas o de las explosiones. Vivir aquí se había convertido en una pesadilla”, manifestó un morador. (AEB)

El humo que la mañana de ayer causó alarma a las personas que circulaban por los exteriores del Centro de Rehabilitación Social de Varones de Guayaquil, fue producto de la quema de colchones y otros objetos que fueron retirados desde el interior de las celdas.

Una fuente policial reveló que las fuerzas del orden siguen ‘limpiando’ la Penitenciaría y que adentro la situación está controlada. “Los colchones apestaban, por eso se los quemó”, explicó.