Levantarse en la mañana, abrir una llave y que no caiga agua es uno de los mayores temores de los vecinos del Sector 4 de Solanda, en el sur de Quito. No entienden cómo los ‘choros’ rompen las rejas que protegen los medidores de agua para llevárselos sin que nadie se despierte.

“Deben tener sus herramientas, pero esto es un tema de no acabar”, comentó Carmen Ruiz, moradora de la zona, sobre el problema que los aqueja.

Agregó que a principios del 2000 hubo una oleada de estos robos. Pero en los últimos dos años han vuelto a aumentar.

Marcelo Estrada es uno de los más recientes perjudicados. Hace una semana le robaron los medidores y por ahora paga una tarifa básica de ese servicio. “Fue en la madrugada, no entiendo para qué se llevan si no son ni caros”, se quejó el morador.

Según sus averiguaciones, esos aparatos no cuestan más de 36 dólares. “Más es el trámite de reinstalación y el mal rato que pasamos”.

Nuevos botines

Los moradores tienen ahora otra molestia: los ‘choros’ ya no se conforman con los medidores de agua, ahora no les importa dañar las conexiones eléctricas para llevarse los cables.

“En general venden el cobre del que están hechos, pero son realmente baratos”, relató Patricio Castillo, uno más de los perjudicados.

De su casa se llevaron al menos cinco metros de cable, por lo que buena parte del domicilio se quedó sin luz. Ahora, ni siquiera puede dormir por proteger su propiedad. Al mínimo ruido se despierta.

En una ferretería los cinco metros de este cable oscila en los 6 dólares, por lo que asume que los ladrones lo venden para luego consumir droga. “En las cámaras de un vecino vimos que se trata de unos muchachos”, comentó.

Marcelo contó que la zona está llena de pandillas y que es un secreto a voces que los chicos que las conforman consumen sustancias. “Aquí no se puede caminar después de las siete de la noche. Se enfrentan entre ellos”. 

Policía recomienda denunciar robos

El coronel Marcelo Castillo, comandante del Distrito Eloy Alfaro, comentó a EXTRA que ese barrio tiene como mayor problema la informalidad y el consumo de alcohol, pero que este tipo de delitos no se han denunciado.

“Siempre recomendamos que hagan las denuncias para que no queden en la impunidad”, expresó.

Además, explicó que los pasajes en los que se dividen las manzanas también dificultan el patrullaje, por ello se ha establecido mayores recorridos en motocicletas. “Sí es posible que sean personas que consumen alcohol o droga quienes roban este tipo de cosas”, agregó.