La tarde de este miércoles 3 de julio, luego de cinco audiencias de juzgamiento, fue sentenciada a 34 años y 8 meses de prisión la madre de la niña de nacionalidad venezolana, de 3 años, que fue asesinada a golpes en la cooperativa Assad Bucaram, en el sur de Guayaquil.

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La muerte de la menor de edad, ocurrió en julio de 2023. De acuerdo con el protocolo de autopsia, la causa del deceso de Catirita, como llamaban a la niña por el color rubio de su cabello, fue un enema y hemorragia cerebral, traumatismo craneoencefálico y politraumatismo.

El fiscal César Peña, quien estuvo a cargo de la investigación y de la audiencia de juzgamiento en contra de la madre de la niña, quien fue detenida, un día después de que fuera hallado su cadáver, explicó que a la venezolana, se la condenó a 34 años y 8 meses como coautora por delito de asesinato de acuerdo al artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

"El padrastro de la niña (Yeremi Javier Díaz Sánchez) aún está prófugo, tiene difusión roja. Es buscado por la Interpol (Policía Internacional). Hoy se llevó la audiencia definitiva, fueron cinco audiencias, algunas telemáticas, otras presenciales. La abuela de la niña estuvo presente", explicó el funcionario judicial.

Sostuvo que la Fiscalía pidió la pena máxima y esta fue acogida por parte del Tribunal de Garantías Penales del Guayas, conformado por tres jueces.

Tras ser detenida, la madre de la menor sostuvo que su pareja la llevó al baño de la casa donde alquilaban, a la niña, allí la golpeó hasta matarla, porque no quería dormirse.

Sin embargo, las contradicciones en su versión y los testimonios de vecinos la hicieron sospechosa en la muerte de la pequeña, quien ya había sido víctima de maltrato e incluso había una denuncia asentada en contra de la madre de la menor.

El 21 de julio de 2023, la abuela de la menor de edad, la venezolana Dayanna Herrera Costero, regresó a Colombia, donde reside desde hace tres años, con las cenizas de su nieta. Antes de ser cremada, el cuerpo fue velado en la casa de sus vecinos, en la cooperativa Assad Bucaram, en el sur porteño.

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